img El alfa prisionero  /  Capítulo 5 5 | 5.62%
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Historia

Capítulo 5 5

Palabras:2311    |    Actualizado en: 06/04/2024

sola palabra. Su beta lo sujetaba del brazo con fuerza, aunque si

cción mágica seguía en pie y no le permitiría entrar. Esa construcción no había permi

ociones contradictorias bajo control. Su mente le decía

o le pedía y menos le costó controlarlo. Estaba fuera de sí y su beta l

con los dientes apretados mientras sent

e escapar de esta maldición. ¿No quiere volver a ser libre? —Libertad, esa pala

cas del pueblo, sobreviviendo. Y no es que a los lycan les importara mantener contacto con los h

os solo por culpa

er a sus mates, pero tampoco podían ser atacados y esa barrer

ía porque esos dos ex

había esperado con ansias ese momento y si los expulsaba perdería su

o lograron traspasar la barrera? —pronunció en voz alta, aunque la pregunta no iba

amigo se convirtió en una mue

gia en ellos, tampoco son lycan, pero humanos… No lo creo. Hay alg

ra más desconcertante no saber a qué tipo de criaturas se enfrentaban. Ha

aba los expulsara. Por ese motivo no había ido tras ellos, estaban protegidos en el interior, pero ya

ta—, debemos informar al clan y mantener vig

amigo le apretó el hombro antes de

la cortina en una de las ventanas. La mujer asomó su rostro y

ontinuar viéndola y corrió para alejar

*

, Ethan quería nombrarse el hermano mayor y comenzar a dar órdenes y ella no estaba dispuesta a aceptarlo. Ya ha

dientes y apartó la cortina para observar el exter

pero duró poco porque él se

mbrada por la velocidad con la que ese hombre se movía. Fue la mano de su hermano a

rmuró Ethan y la miró con tristeza—. Solo estoy preocupado, soy el único q

chocaron con el sofá. El mueble era antiguo, se notaba, pero estaba en excelente estado. Todo en la casa

dejarme sola. —Su hermano intentó protestar, pero bajó el rostro, avergonzado—. Sabes que es

omo si te hubiera dejado para siempre, quería ver qué tan cierto era lo que decía mamá. Si al

nto a él, de pronto se sin

gente. Creo que vinimos al lugar adecuado, es tranquilo, la casa es

ró los ojos y la mi

Ese hombre está loco, llegó desnudo sin importar el frío y comenzó a

o nada. ¿Qué si no notaba nada raro? Por supuesto que lo notaba, la palabra raro parecía estar escrita en luces de neón en su

En ese momento, sintió que si no hacía ese viaje nada iría bien. Para acabar la lista de cosas extrañas, también estaba la anciana que los recibió. Por más que intentaba recordar lo

preparadas para cosechar, a la intemperie, con el frío y la nieve, además de la casa que pa

tuvieran ojos, que aquella casa tuviera vida y, a pesar de eso, no q

gar me parece encantador, no podemos juzgar a su gente solo porque uno de ellos haya

ngenua, pero ese hombre no se veía como un loco, más bien como un psicópata pe

hombre. Sentía que debía conocerlo y saber más de él. Sobre todo cuando estuviera vestido, eso sería

cabamos de llegar, tenemos un maravilloso techo sobre

que parecen recién cortados y que yo no puse ahí —se quejó su

entre los labios resecos si

un té o café, o un potente analgésico que nos haga dormir dos día

fuerte necesidad. En ese instante, se sentía de la misma form

la siguiera hasta allí para

los utensilios para cocinar eran robustos y pesados, como si estuvieran

cabaña tampoco tenía las nuevas comodidades de las que su hermano le había hablado, así qu

que no recordaba haber visto ahí. Emma tragó el nudo que sentía en la garganta, pero aun así

ara mucho tiempo ah

si quiero quedarme a vivir aquí

fue ver cómo la hornilla se encendió sola y la leña comenzó

bía encontrado en la cocina. Solo esperaba que no fuese nada venenoso y n

eja para trasportarlo todo a la sala. En cada paso que daba sentía sus man

e habría quitado el gorro de lana

seguida del ruido tintineante que hacían las tazas a

ien —balbuceó, pero nunca sabría si al beberlo se sentiría mejor porque sus nervios provocaron

se mezcló con ese grito que t

que el agua caliente lo salpicara y se coloc

nos, al ver que no había signos de ninguna quemad

onunció Emma todavía con el

on la cabeza y la

que acabes cortándote —apenas finalizó

ro mientras veían como las tazas se recomponían solas, el agua desaparecía de

estoy loco, Emma —graznó su hermano y le clavó

el miedo que sentía—. ¡¿Qué está pasando?! —gritó cuando la band

y, con rapidez, comenzó a agarrar sus pertenencias a una velocidad

no importaba que todo su cue

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