img Los caminantes nocturnos  /  Capítulo 1 El inicio de los sueños | 100.00%
Instalar App
Historia
Los caminantes nocturnos

Los caminantes nocturnos

Autor: Leslie Pupo
img img img

Capítulo 1 El inicio de los sueños

Palabras:1318    |    Actualizado en: 05/05/2024

sible ver algo más allá de mis manos. Dí algunos pasos como pude e identifiqué al tacto la corteza de un árbol cer

a poder madrugar. Al día siguiente le había prometido mamá ayudar en la tienda para

momento había sido. Sólo se que abrí los oj

a caminar muchas horas para llegar al bosque del norte, el más cercano a mi zona, por lo que era casi imposible llega

damente dirigí mi atención a esa dirección, aunque no pude ver nada. Mi corazón com

mi mente, de las cuales muy pocas eran inofensivas. Tratando de giarme por el tacto para no chocar,

ir los ásperos mechones q

mencé a jadear por el terror que me invadía y me arrastré por el suelo para distanciarme de esa cosa que me acechaba. Ignoré los pinchazos de

terrada. Alcancé a escuchar como los gruñidos bajos se acercaban lentamente

uerpo. Me pegué lo más que pude al tronco que estaba detrás, impidiéndome el paso. Estaba acorralada. P

ilmente por un caballo. Pero los caballos no gruñían de esa forma, ¿verdad? Mis labios se separaron ligeramente cuando identifiqué sus ojo

r los barrios mediante susurros de miedo. Me había negado a particip

llegado a los b

carnívoros asesinos que desgarrarían mi garganta para luego darse un festín con mis entrañas. Sentí

brir los ojos que hasta ahora no sabía que había cerrado. Logré captar entre penumbras una silueta humana, justo donde habí

era autoritaria y muy fuerte, sólo comparable con escuchar un t

un hombre o una bestia. Su mano se apartó de mi cara

as figuras más entre algunos árboles. Trataba de identificar más, poder ver lo que me

ar un rostro humano. Sus ojos dorados me contemplaba

hizo que todo a nuestro

idad en esa dirección. Los temblores en mi cuerpo aún no se deten

etir aquel ser, sin da

e mí y también se desv

aba sola nuevamente. Me dispuse a irme de una vez por todas, pero mi cuerp

.

mi alrededor para identificar mi entorno, y gracias a la diosa Lino, me encontr

he, aunque los rayos del sol que se colaban por mi ventana me decían que era imposible que haya pasado realmente. Fue tan real las

do una pequeña tarta de manzana con un fósforo encendido. Su eno

mpleaños núm

mientras se sienta a mi lado y me ofrece lo qu

lo de siempre: salud para mi madre y no

mínimo de educación y que no faltara un pan en nuestra mesa. Estábamos muy lejos de ser acomodadas

con la admiración que me pr

s deja la pequeña tarta en mi mesita de noche—. No te

voy al baño para lavarme la cara y cepillar mi cabello, pero algo llamó poderosamente mi atención. Al meter la

e a mi cabeza, y esta vez, con prueba

Siguiente
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY