mos solas. También, lo hace delante de compañeras de estudio y de trabajo. Incluso lo hizo delante de Eduardo qu

esposo, pero, él insistió que no quería saber nada de mi vida matrimonial. Luego seguimos hablando sobre cómo llevar nuestra relación. Llegamos a la conclusión que solo nos veríamos en su dep

l tiene alguna reunión de negocios. Yo no tengo problemas con ausentarme a la hora de almorzar de mi hogar. Mi esposo nunca almuerza en casa. Además,

xo, en cambio, mi concubino es muy creativo y extremadamente apasionado. Me encanta aprender y experimentar nuevos juegos sexuales con

ria que mi papá tenía con mi actual suegro. A mi marido solo le gusto físicamente y nunca ha hecho el más mínimo esfuerzo por quererme. Yo, en cambio, aprendí a estim

ar a solas con él. No solo por lo sexual, sino que también, por la forma en la cual me trata. Me hace sentir una mujer valiosa y deseada. Aunque a veces me siento culpable por ser su

ido por un artista. Y se viste muy elegante con ropa de diseñador. Sabe sacar partido a lo que la genética le entregó. Si no fuera por los apellidos

r seguro. Un efugio a la vida de mierda que Cristian me da. Mi cónyuge se limita a darme cosas materiales, pero, se olvida que tengo se

r estudiando. A cambio le ofreció una alta suma de dinero, lo cual, ella no aceptó. Al enterarme me puse a llorar de rabia. No entendía como Cristian podía llegar a esos extremos con tal de

. Lo increpé de mala forma por lo que había hecho. Le dije que el ser su esposa no me convertía en algo de su propiedad, por lo qu

us caprichos, Ángela-dijo Cris

e amenazó con cerrar las cuentas bancarias bipersonales que teníamos juntos. Yo había tenido la precaución de abrir una cuenta de

é un rodillazo en su entrepierna. Me soltó y se agachó por el dolor. Le dije que esta era la primera y última vez que él iba a maltratarme de esta forma. Le advertí que la próxima vez lo denun

saría la noche con ella. No cené. Solo comí una ensalada de frutas que me preparó Ana. Luego me acost

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