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Historia

Capítulo 4 La entrevista

Palabras:1765    |    Actualizado en: 09/03/2021

ítu

ntre

, era un local amplio con varias mesas, como si fuera un comedor de universidad. Había zonas

tomar? —preg

ráeme una taza de café puro bien llena, por favor. —Le

sas por allí. Me parecía un chico muy simpático. Me contó que trabajaba allí hace tres añ

ida que no paró de mirarme de mala gana desde que ll

casos de famosos y personalidades importantes. Se le da bien verse en esos medios y tiene muchos contactos. Adora ir a los evento

da cuando Mason me dio el trabajo ese. ¿

as de prendas Prêt-à-porter italianas, en América. Tiene muchísimas tiendas extendidas por todo el mu

e prendas caras y sofisticadas, ni de moda. Lo mío es comunicación empresaria

ce una mueca, no era que eso me fuera a hacer mucha diferencia, sino todo lo contrario. Los chicos guapos de ese mundillo so

hacerle una entrevista,

una entrevista. Si fuera tan fácil, estaría Jessica con esa tarea —erguí una ceja. Esto se estaba pon

le hablé de una forma tan agresiva y subida de tono, pero me

No pasa nada. Entonces, como te de

quería deci

e se mantiene muy discreto sobre su vida personal. Y claro que todos quieren sab

patid

eguir hacer esa entrevista? —Tení

no por el pelo e

ella? —La chica de las gafas negras

mesa y le cogí de un brazo en señal de amenaza—, te he hec

la mínima idea. Lo que sí sé es que lo

mos y ya te quiero un montón —me hu

mos a ser grandes amigos. No te preoc

acercó a

necesites me tienes aquí. —La chica era muy tímida, pero muy simp

soy Chiara. Encan

sa un poco amarilla. Notaba que se sentía mal con el nombre. Se sentó a nu

esto de trabajo. Estaba empezando a estructurar

con nosotros? —Con todo el estrés d

go y volveré aquí. Tengo miles de cosas para poner en

de mañana trae comida para podernos esta

r invitarme. Te agradezco todo lo que h

una sonrisa enorme. Me gustaba Jere

asi las ocho y aun me quedaban cajones por organizar y archivos por leer con todos los protocolo

lina casi al lado de mi oído. Pude sentir el calor de su boca calentarme la oreja. Me giré asustada y encontré, ahí de

oy adelantando algunas

Si necesitas algo, no dudes en preguntar. Pero por ahora solo un consejito: no te acostumbres a ha

imer día muy lleno de emociones y sorpresas. No obstante, ahora tenía que concentrarme en terminar lo que había empezado.

do pasar tan rápido el tiempo? Eran casi las once de la noche. E

recordaba para nada la zona. Y ni sombra de metro. Ahora lo único que podía ver eran inmensos edificios y las calles casi desiertas. Extraño, porque Boston era una ciudad muy movida. Tendría que haberme apartado demasiado. S

er a casa rápido. Me acerqué a la carretera, pero casi no

nde estaba la ciudad americana que veía en las películas qu

ra vez intentado ver algún cochecito amar

aquella expresión. Miré hace el personaje y tenía pinta de ser un g

, pero el hombre se detuvo extrañado—. Muchas gracias, p

ni de nadie. En el día anterior, olvidé pedir el número de Shanaya. Solo tenía el número de la mujer de la agencia y del periódico. Podría pedir un taxi. Solo tenía que encontrar un número por internet. Intentaba buscar, cuando mi di cuenta que la red de mi móvil no iba. Había perdido la red, seguro que se

allí. A pesar de haber tomado baño el día anterior, la tinta del boli no había desaparecido por comp

A esa hora. ¿Qué iba a decir? Bueno, al final fue é

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