a un hecho. Sentí un vacío inmenso, pero también una extraña s
el trabajo, mi
areció en la bodega como si
timamente, Sofía. ¿
"¿Qué vin
Ya te dije que
so. Es que a veces las cosas n
el ceño, si
do teatralmente. Se llevó una mano al vient
é pasa? ¿Estás bien? Siéntate aquí. ¿
un cojín en la espalda y le hablaba en
e voy", dije
uevas. Llama a la cocinera y pídele que te prepare un té de hierbas. Y dile que no le
te cinco minutos. Yo esperaba en l
se acercó a
e dije con una sonrisa sin a
que las cosas están raras. Pero cuando todo esto pase... quiero que tengamos un hijo tú y
ventanilla el paisaje de
o, su teléfono s
o que estoy perdiendo al bebé!"
nte que me golpeé contra el salp
s desorbitados. "Tengo que vo
la nada, Mateo. Y est
nada, Sofía! ¡Es
y prácticamente me sacó a la fuerza. Se subió de nuevo
gotas de lluvia, grandes y frías, comenzaron a caer
. La bodega estaba a kiló
da paso más pesado que el anterior. El viento aullaba. Caminé durante lo que pareció
fui directamente a la oficina de re
separación. La funcion
ríodo de espera obligatorio de un mes ante
ado. Un rayo de sol se abrió paso entre
ba helada y empecé a sentir escalofrí
a. Su voz era suave y calmada. Se re
do. La fiebre subía rápidam
aba. Él estaba demasiado
ateo no se separó de mi lado. Me traía sopa, me leía libros, me cambiaba los p
doloroso que me hizo