e, según él, lo había "rescatado" y con quien compartía una
elada maestra, su d
reveló una "deuda multimillonaria" y la inminente "quiebra" de su b
ió, dispuesto a sacrificar todo po
te como camarero y profesor de acuarela, mientras su cuerpo, antes un templo de creaci
uando escuchó a Isabel reírse por teléfono, jactándose de la "farsa" y de
imento clínico, la llamó, y ella, despreocupada, ta
a siempre" reducir su vida, su amor, su sacrificio,
que el dolor se transformó en un vacío gélido,
aestra de venganza, donando su cuerpo a la ciencia para que, en el día de su "boda falsa", su últ