n olor que siempre había sido mi hogar. Pero esa noche, el
n su sobrino, un adolescente con una son
itarra entre las manos. Sus dedos volaban sobre las cue
de Sofía
ortando la música. "¿No te cansas
fundido. El silenc
amilia," respondí yo desde
llegaba a sus ojos. "Isabela, que
y antes de que Leo pudiera reaccionar, le arrebató la guita
interés. "Parece vieja," dijo.
adera rompiéndose
ando los restos de su guitar
la cabeza. Caminé hacia ellos, s
l sobrino, que se llevó la mano a la mejilla, sor
je!" si
escena: Leo arrodillado junto a su guitarra rota, yo con la mano todavía
rriendo a sus brazos. "Tu esposa... es una anima
ía amor en sus ojos,
dura como el acero. "Siempre la misma hist
importaba la guitarra rota
sciplina. Os vais a ir a un retiro. Un lugar especial en la sierra, u
eo, que
qué. "Mateo
arrándome del brazo con fuerza. "
el hombro de Mateo. U