mio, Teo Vitale, tuvo lugar hace meses. Y
un cigarrillo entre los dedos. Me saluda con la cabe
e vivir bajo el
ido en un rincón de Brighton Beach. Está lo suficientemente lejos del
ue hay algo colgado de la puerta de
rpadeo otra vez. N
patos de tacón rojo a juego todavía existe en mi desordenado departamento, proyec
edios para haberlo entregado. Mis sospechas se confirman
19:30
en la parte de atrás, y no parece estar
rme a ir a algún restaurante e
oridad es dormir para olvidar este día tan horrible y rezar para que el karma qu
e saluda Leo Coppola en las e
acones como estos, por lo que me encuentro tamba
a en su cara. El viejo tiene más orgullo que una manada de leon
a y pedir comida para llevar?", me que
important
su tono, y finalmente percibo la mir
ero muc
ío recorre
prefieren enviarme un sobre con facturas sin marcar cuando tengo poco dine
l. Algo anda
mano. "Papá
la mano. "Ven. Te lo expli
os modos mientras nos lleva adentro. "¿C
o por completo el área de recepción principal para dirigirse d
pas demasi
por ti -le espeto antes de mirar por encima del
tinúa tirándome a
ngo. "Ni un paso más hasta que
litada en la parte de atr
algo h
más es
ren
trocediendo u
pue
tra de las malditas intervenciones de Teo pa
e los invitados nos miran-. Me tomarás de la mano y me seguirás a e
on eso. Ambos sabemos qu
como hielo que me corta la piel-. Sabes lo precaria que es l
n un susurro. "Porque si lo fuera
amos esta
tengo nada que
staría de acuerdo
del Cártel, el hombre responsable de tantas canas de
u familia corre peligro por asociación. Y, por lo que he deducido hasta ahora, una alianza
anhattan, llevan años enfrentándose a ellos. Así q
eo se casó con l
ue debería seguirte a esa habita
nuestros brillantes
si no lo
todo esto se vu
o deslizo mi mano nuevamente hacia la de mi padre y lo s
susurra antes
que favorece gracias a una pequeña lámpara de araña que cuelga del techo. Sillas flanquean la ha
vida. Hay otra persona a la que no conozco de nada, pero
stá la ot
mbién lo
tura cuidadosamente elaborada. Su cabello rubio oscuro está recogido hacia atrás, lo que acent
s marrones? Desde luego, esa vez no llevaba traje, no uno que se ajustara a cada curva de
ctué por instinto y lo derribé, igual q
frente a mí: mi destin
io del Príncipe
na. Ni siquiera e
na b