ó dos días en cama, recuperándose del trauma y del agua en sus pulm
mente fuerte para levantarse, su decisión
e con la boda," le dij
na tristeza infinita. "Hija, no tienes q
su voz serena. "Esta es m
rla. Fue detenido en la puerta por órdenes de Don Armando. Desespe
u voz llena de alivio y arrepentimiento. "Lo siento
respondió ella, su tono
lo, lo de Clara, lo de la piscina... por favor, Sofía
ento. Luego, dijo las palabras q
imos un acuerd
?" preguntó é
ernos," dijo
nes eran justificables, un sacrificio temporal por un bien mayor. No podía comprend
ivil, privada y sombría. Sofía llevaba un sencillo vestido blanco, el que Clara había manch
de pronunciar las palabras finales,
Rica
iendo hacia el frente. "¡So
stás enojada, tienes todo el derecho, pero esto no e
ara mirarlo. Continuó miran
tinúe," dijo el
a, prevenidos por Don Armando, se movi
mírame!" gritaba él
remonia. "Por el poder que me confier
la observaba con desesperación. Le mostró su ma
" dijo ella, su voz sin una pizc
o pasó de la desesperación a la incredulidad y luego al vacío absoluto. Vio en los ojos de So
o de su nuevo esposo, un hombre al que nunca había visto, cuyo rostro solo conocía por una fotografía.
idad aún más dura. Comenzaron a llegarle informes de sus empleados. Clara, la m
abía estado manipulando a sus médicos, exagerando sus síntomas, todo para mantener a Ricardo atado a ella po
a había estado enferma, solo er
al principio, intentó negarlo todo con lágrimas, pero cuando Ricard
l odio. "¡Te merecías esto y más! ¡Tú y esa princesita
lsó de su casa y de su vida en ese
ó. Fue a la mansión De la Vega y se a
iento. "He destruido a su hija, y no hay excusa para l
contratos, su reputación quedó por los suelos y fue marginado de los cír
rtuna, Ricardo se recuperó lentamente. Pero una sol
rte, hacia las tierras desconocidas de Alejand