iento de su hijo, una conexión invisible y poderosa que trascendía las paredes de la hacienda. Un espasmo sacudió su cuerpo debilitado, y un gemido se escapó d
sucio de tierra y lágrimas secas, sus ojos, antes brillantes, ahora estaban vacíos, der
con la voz rota, "no pude
ó un paño húmedo y con torpeza trató de limpiar el sudor frío de
as que le quedaban para acariciar el cabello de su hijo, "hicis
mucho tiempo, que el frío que sentía en las extremidades pronto llegaría a su corazón. No podía permitir que Pedrito lo viera
rendentemente firme, "necesito que me hagas
a, sus ojos llenos de u
a, papá, l
sonrisa, "un antojo de un dulce de leche, de esos que venden en l
sintió, c
apá, p
ió Juan, "necesito que sea el más grande y el más fresco que en
ndo, un último acto de protección. Pedrito dudó, no quería dej
ijo, poniéndose de p
ecirte algo, a partir de hoy, no solo serás Pedrito, serás 'El Justo' , porque sé que crecerás para s
ron de lágrimas de nuevo,
to, papá, se
z extraña comenzaba a invadirlo, "ahora
el miedo del mundo, y luego salió corriendo de la habitación, su pequeña figura des
hijo se desvaneció, Juan cerró los ojo
cío, "perdóname por dejarte solo en
ión, el corazón de Juan, el valiente charro, dejó de latir. Su cuerpo quedó
que acababa de ocurrir a sus espaldas. No sintió odio, solo una profunda y abrumadora tristeza. Luego, su única preocupación, su único instinto, lo guio. Atravesó las paredes, flotand
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