o la vida de mi hijo nonato. Sentí el dolor fantasma en mi vientre vacío, la traición de mi hermana Valentina quemando como
e la nada eterna, sentí e
luz del día se filtraba a través de las pesadas cortinas de seda de mi habitación en el pa
ba v
anos volaron a mi vientre. Estaba plano. El terror me invadió por un segundo, pensando que to
mi alcoba, la que ocupaba como la esposa del tercer príncipe. Una don
bien?", preguntó, parpadea
", mi voz salió r
unta, pero respondió obedientemente. "Es e
écim
arazada de dos meses. El día en que mi felicidad ingenua había
He vuelto
desesperación de recordar mi propio final... y luego, una nueva sensación, fría y dura como el acer
cuando regresó al palacio. Había renunciado a su matrimonio concertado con Alejandro por un plebeyo, un pintor sin un centavo. Yo, con
, con lágrimas falsas y palabras dulces, y sedujo a mi esposo. Alejandro, siempre ambicioso y superficial, cayó fácilmente en su tram
ría diferente. No sería la víctima. No sería la espos
andro. Sus facciones eran tan atractivas como las recordaba, pero
una alegría que ahora sabía que era falsa. Se arrodilló junto a mi cama
eredero le daría sobre sus hermanos en la lucha por el trono. En mi vida anterio
ndo el papel que él esperaba. "Yo
brillando con planes. "Tu familia, la corte... todos d
uave pero firme. Él
or qué? Es una
sando por un momento difícil después de... bueno, después de su decisión. Me sentiría mal celebran
anajes girando en su cabeza. Valentina. Hermosa, famosa en la capital po
n gesto amable. Y quizás... invitarla a pasar una temporada aquí, en el palac
aba. El
, levantando la vista hacia él con ojos lleno
esó la frente. El contacto de sus labios en mi piel me
a casa", dijo, antes de salir de la habitación, sin duda para empezar a c
svaneció. Me recosté contra las almohadas, una
vez, mamá se asegurará de que nazcas sano y salvo. Y t
pieza del tablero, mi querida hermana Valentina, e