s. En mis sueños, escuchaba a Luna llorar, llamándome «¡Mami, mami!», pero su voz sonaba lejana, como si vinie
bel.
bitación estaba en silencio, solo se oía la respiración acompasada de Ricardo a mi lado. Era solo un sueñ
y llamé directamente a la casa de mis suegros. Contestó
¿Sabes qué
necesito hab
uchar un murmullo de fon
mente mi suegro. «Estaba muy cansada anoche desp
ida, demasiado ensayada. Sonab
vor. Solo quiero
está dormida. Ha
co
is oídos como un disparo. Miré a Ricard
?», preguntó, fr
todo el fin de semana finalmente se rompió. Las lá
a tu familia me están ocultando algo! ¡Hay algo mal, Ricardo, lo sé!
más. Se levantó de la cama, su ros
la adoran, ¿por qué le harían daño? Y deja de meter a Isabel en esto. Ella solo está a
ncima de mí, la madre de su hija. Me sentí completamente sola, atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar. El hombre
a en mi teléfono y marqué. Necesitaba escuchar una voz, cualquie
stó ella, su to
enas un susurro. «Solo déjenme h
lencio lar
más tarde, X
a, igual que la pequeña esp
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