ció como una princesa, colmada del afecto desmedido de su tí
y la intrusión de un rosario sagrado transformaron a su benefac
gresar, la encontré sumida en un purgatorio doméstico, bajo la indifer
maldad, al punto de permitir que me desollaran viva, y aun
Elvira al abismo; pero desde el más allá, su espíritu despierta, marcando e