se alborotó e
" preguntó el subastador,
de la señorita Carmen Ruiz. La señorita Carmen ha ordenado que cualqui
tas estalló en u
eredera de la familia Ruiz? ¿La fa
acerca a los hombres? ¿Cómo es que est
vid le esperan buenos tiemp
ónito, luego mostró una sorpresa que se convirtió en alegr
? ¿Puedo ir a agradecerle en persona?" pregunt
orita Carmen no puede aparecer en este momento. Cuando
llenos de una alegría triunfante,
n ha encendido las lámparas del cielo por mí. Si mi hermano sigue pujando, me temo que se arru
a de pie a unos metros de distancia. Ella, a su vez, miraba a David con una t
Ruiz encendía inmediatamente las lámparas del cielo. El collar de rubíes, un juego de té de porcelana de la dinastía Song del Norte, e incl
más, y le preguntó al asistente, "¿La señorita Ca
en con cautela, quien as
los de la señorita Carmen para el segundo señorito. Ella solo espera que el segundo señorito disfrut
la palma de su mano que seguramente estaba sangrando. Miró a Carmen, pero la mir
es!, pensó Mateo. ¡Realm
ias adineradas, quienes lo halagaban como si fuera el centro del universo.
dijo al conductor, "V
ho alcohol para adormec
vid se metió de un salto, "Hermano, ¿vas al club? Ú
he, pero Carmen, sin inmutarse, agarró la puerta
o a Carmen, no se a
por la subasta, "Hermana Carmen, ¿por qué la señorita Ruiz
increíblemente suave,
par al instante, sus mejillas se sonro
todo, "Donde una mujer pone su dinero, ahí está su corazón, y además..." Hizo una pausa, su voz b
ién le gusto?" preguntó David de repen
ba a responder, Mateo la interrumpió con una voz helada, "
te, "Lo siento, hermano, te
oscuro del cristal, vio claramente la mirada de Carmen hacia David, llena de pena y tern
a todas las mujeres solo les gu