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Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Por la noche, una fuerte lluvia cayó sobre la ciudad de Owathe mientras Belinda Wright se dirigía al Club Dream. A pesar de que estaba empapada, de alguna manera logró que el pastel que sostenía no fuera tocado por el aguacero.
Al llegar a la entrada de la sala privada, empujó la puerta para abrirla.
"Verena, durante los tres años que desapareciste, Lucas no dejó de buscarte ni un segundo. ¡Ahora finalmente estás de regreso!".
Belinda se congeló en el lugar.
¿Verena?
¿La misma Verena Reed que había sido la novia de Lucas Clark?
"¿Pero Lucas no se ha casado?", preguntó una suave voz femenina.
"Verena, no tienes que preocuparte por esa mujer. El padre de Lucas lo obligó a casarse y amenazó con matarte a ti si no lo hacía. Solo se casó con esa mujer para protegerte".
"¿En serio?", preguntó Verena con recelo.
"¡Por supuesto! ¿Por qué más Lucas elegiría a alguien como Belinda? Es tan poco atractiva y tiene sobrepeso. Además, es una hija ilegítima. ¡Lucas se casó con ella para molestar a su padre, para vengarse de él!".
Afuera de la sala privada, Belinda se puso pálida.
La noche en que Lucas le había propuesto matrimonio, recordó que su corazón se había acelerado. Había permanecido felizmente inconsciente de la cruda realidad. Se había creído muy afortunada, sin darse cuenta de que solo lo había utilizado para tomar venganza. Lucas solo se había casado con ella porque era fea y gorda.
Belinda no pudo evitar soltar una risa amarga mientras su cuerpo se tambaleaba ligeramente.
Tuvo que apretar la manija de la puerta para estabilizarse.
"Hablando de Belinda, ya han pasado cinco horas desde que se fue, así que dudo que regrese. Postres Delight está en los suburbios del este, y solo llegar ahí y regresar lleva más de tres horas. Además, es un lugar conocido por sus largas colas. No creo que sea tan tonta como para ir ahí".
"Si Lucas se lo pidiera, iría aunque estuviera en otra ciudad. Todos saben lo mucho que lo ama. Es tan patética".
Al escuchar esos comentarios desdeñosos, Belinda inhaló profundamente, adoptó una expresión estoica y abrió la puerta de la sala privada para entrar.
Su mirada se posó enseguida en la figura confiada y encantadora en el centro.
Lucas estaba sentado en el sofá, con las piernas elegantemente cruzadas. Tenía una postura casual pero elegante.
Su rostro era muy atractivo, con cada rasgo exquisitamente esculpido.
Era el esposo de Belinda, el estimado líder del Consorcio Triumph.
Un silencio descendió sobre el lugar cuando todos la vieron entrar.
Pero pronto una voz burlona lo rompió: "Verena, ¿te preguntaste cómo es la esposa de Lucas? Puedes verla ahora".
Belinda tenía una apariencia desaliñada. Su ropa empapada por la lluvia se le pegaba al cuerpo, acentuando su robusta figura. Los mechones de cabello pegados a su rostro húmedo resaltaban una marca oscura de considerable tamaño en su mejilla izquierda.
Ignorando las miradas desdeñosas, se acercó a Lucas y puso el pastel en la mesa de centro con una sonrisa forzada. "Lucas, te traje la tarta de mousse que me pediste".
Sin siquiera mirarla, él deslizó el pastel hacia Verena y dijo encantadoramente: "Toma, puedes comerlo ahora".
Verena esbozó una sonrisa tímida. "Solo lo dije casualmente. No pensé que le pedirías a ella que lo comprara".
Fue entonces cuando Belinda entendió todo y sus ojos se abrieron como platos.
Fue como si le hubieran apuñalado el corazón.
El pastel en el que se había tardado cinco horas en traer... ¿Era para Verena?
"Verena, ahora ves lo mucho que Lucas te quiere, ¿no? Te traería la luna si lo desearas".
"¡Muy cierto! Vamos, come el pastel. Belinda tardó cinco horas en conseguirlo. ¡No dejes que sus esfuerzos sean en vano!".
Belinda apretó los puños a sus costados. Se sentía como la mayor tonta del mundo.
De repente, Lucas se levantó y caminó hacia ella con un rostro inexpresivo.
"Los papeles de divorcio están en la mesa de centro de la casa", declaró fríamente. "Fírmalos cuando regreses".
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