tómata, sus emociones encerradas bajo una capa de hielo. Mateo la evitaba, pasando sus días en
el jardín, mirando a la nada, su teléfo
a por 1,000,000 de pes
de su humillación. Sin siquiera pensarlo, transfirió el d
a risa que conocía demasiado bien. Bajó las escaleras len
a había elegido, bebiendo el vino caro que le habían regala
la, su voz llena de un regodeo venenoso. "La reina del drama. ¿T
siquier
en paz,
a, pasando una mano por su pecho. "Después de todo, ahora
rabia, dolor, celos. Pero no sintió nada. Era c
Sofía, su voz era monót
orprendida por su
erd
tu actuación. Es bastante
, acercándose a Sofía hasta que sus rostr
a es mía. Toda su fortuna será mía. Tú no eres na
ó directamen
sura," dijo tranquilamente
o a tiempo para ver a Isabella estrellar un jarrón de cristal contra el suelo y luego, con una rapidez increíble,
loca!", gritó Isabella, cayendo al
io a Sofía de pie, el fragmento de vidrio en el suelo cerca
sa?!", rugió, abalan
ayó hacia atrás, su cabeza golpeando violentamente contra el borde afilado
, Mateo! ¡Te lo dije!", ge
bella, levantándola en
anquila. Estoy aquí. Ll
re comenzando a bajar por su sien. Lentamente, Sofía se sentó. El dolor en su cab
brazos por el empujón de Mateo. Vio el corte en su cabeza reflejado en el espejo osc
s de emergencia, la vio. Por un momento, una extraña
o?", le preguntó S
ó el te
hacer, Sofía. Te estás v
la, una risa sin alegría. "Tú m
u cabeza, luego los mo
s todo. Isabella, en cambio, está r
acia Isabella, quien continuaba con su actuación de víctima moribunda
s ido," le espetó. "Voy a llamar a
Sofía se miró en el espejo. Vio a la mujer con la cabeza sangrando, los ojos vacíos y los labios apretados e
reflejo. "El que se va a