sin leer, "porque son cosas de impuestos, tú fírmale y ya", yo había firmado sin saberlo un poder notarial que, entre otras cosas, me permit
spectador silencioso de su vida a través de la pantalla de
. Laura, que siempre se quejaba del cloro de las albercas porque "me reseca
cía que eran "un robo". En la foto, Pedro levantaba una copa de vino, y el p
la que yo le había pedido para mi cumpleaños el año pasado y que ella me había negado diciendo: "Est
nuestro matrimonio. Pero ya no sentía dolor. Solo una dista
por la tarde, justo a tiempo para reabrir l
había sido mi casa para recoger mis últimas pertenencias: una caja con her
aban encendidas. El coche de Laura estaba estacionado afuera.
vuelt
La puerta delantera estaba cerrada, pero la ventana de la sala, la que daba
ces lo
sa
ra. También la de sus
os adentro.
sombra de un arbusto de buganvilias. L
omedor, la misma mesa donde yo había cenado solo tantas noches. Había
bía mirado por encima del hombro, le s
a conversación conmigo en siete años había sido sobre fútb
por su regreso. Era po
, congelado en la oscuridad, escuchando cómo desman