de hierro. El plan ya estaba tomando forma en mi cabeza.
mé tem
enos días. Estuve pe
. Estaba tan preocupada
ruir nuestro propio futuro. He estado viendo una propiedad, una villa en las afueras. Es perfecta
locuente. Podía imaginar sus o
a villa?",
mos a decorarla. Quiero que sea nuestro nido de amor
por supuesto! ¡Sería u
ra tan palpable que ca
abía ninguna villa. Pero necesitaba mantenerla o
ma urgente en la oficina. Se me hará tarde. ¿Por qué no vas con Mateo a ese r
jeta de crédito que le di a Mateo. Y sab
otro lado de la calle, en un lugar con una vista p
í est
carcajadas. Mateo, con un reloj de lujo en la muñeca que reconocí como un
eocupación de la mañana. Parecían una par
beso en la mejilla, no fue un gesto fraternal. Fue un bes
or mi garganta. Verlo era mil v
mi ha
re su cabeza, apareció un núme
ecto hacia R
e afecto. Era malic
frío y c
mo pedían la botella de vino más cara del menú. Vi cómo Mateo le mostra
ar hasta su mesa y volcarla. De gritarles en
me co
equería p
mi equipo de seguridad me había recomendado. Era un mi
mila llegó c
s hijos'. ¡Casi me muero de la risa! ¿Se imagina él, d
ueno, mientras siga soltando la lana, que sueñe lo que quiera. ¿Vis
ero la villa, luego el matrimonio. Una vez que tenga su apellido y acceso a sus c
respondió Mateo. "Eres ma
tivo. Ya había es
lécula de amor que pudiera haber quedado
lor. No sen
nmenso y una ca
de allí en silencio, sin que se diera
iré por d
r el hacha. La ejecu