mi cocina solía ser mi orgullo
ás bien, el "milagro" que
erio tequilero, viéndome desangrar, la locura en sus ojos, gritando: "¡T
rco Flores, un año después de haber desaparecid
: "¿Sofia, está muerto. Mi comida c
o por el odio: "¡Tú lo mataste, Ric
afador y me dejó morir, desangrá
urros: Marco no murió buscando la planta milagrosa, sin
sacrificio, fue
onces, d
n el mismo salón, y ella, pálida y frágil,
no habría
que no reconocí. "Su paladar está perdido.
trelló contra la pared. Mi vida anterior me había traic
abrones, apen