quedarm
Necesitaba aire, necesitaba encontr
rtamento, sin siquiera
a noche, su equipo solía ir
staurantes cercanos a su
ón y furia. Tenía que estar equivoca
na parrilla argentina, un lu
n una mesa grand
a una mujer de ca
podaban "El Joven" , le
trago para celebrar e
en
el
ida. Tomó el vaso, pero antes de que pud
, dijo Mateo con firmeza. Y sin dudarl
sa aplaudieron
teo! ¡Qué
dadero ca
a entrada del restaurant
do me recorr
dolo, preparándole comidas especiales, recordándole que
a dedicados a
biendo tequila para
sonrisa de su "
la humillación de las últimas
ionar. Solo sentía una
mesa, mi visión
mesa cercana y, sin una palabra, la
que todo el rest
me m
té, mi voz rota por la fu
a con los ojos muy abiertos,
levantó d
monios estás hacie
¡ 'Mi Amor' ! ¡Doscientos setenta
eo se puso pálid
llevó una mano al pecho y dio un paso
grito agudo, como s
! ¡Mi to
ra me miró. Cor
! ¡¿Está
a levantarse, per
la toq
ó. Me empuj
mano se estrelló contra los vidrios roto
olor agudo
corte profundo en mi palma, goteando
té la
ndo su tobillo con una preocupación desesperada
ros asquerosos!" , grité, con lágrimas
del lugar. La gente
millada, exponiendo la miseria de mi
el ruido y la confusión, me