escuela llegó d
a. Delgado desea verlo en
cretaria era fr
za en alto, la Sra. Delgado era mi mentora, una figura que yo respe
u oficina, el am
ponente escritorio de caoba, Sofía y Diego
na expresión de tri
mantenía la vist
e, Marco
ura, no había ni rastro de la c
iendo la tensi
, comenzó, juntando las manos sobre el
edé h
ruebas? Los archivos, l
das", me interru
e, su mirada era penetra
no puedo creer que hayas caído tan bajo, inven
emblando de incredulidad y rabia. "
, suplicando con la mir
la vista, con una pequeñ
hostil. "Nos contó cómo ella escribió el guion, cómo desarrolló la idea,
, era una versión tan retorcida y absur
na locura!", exclamé
. Delgado, golpeando la me
ó en la habitac
r, sintiéndome p
rada, que tus padres son productores, que para ti esto es solo un juego, mientras que para jóvenes ta
estaban pintando como un niño
torio, "Sofía nos mostró la carta de recomendación que tú mismo
í estaba mi firma, per
o retirarte mi recomendación para el programa de posgrado, no quier
mis piernas se movían por inercia,
que me detuve cerca de la puerta entrea
ahora suave y
ado, no volverá a molestarlos, hiciste lo correcto al protege
ché la voz
lgado, sabía que
nado, no solo era Sofía, era también la Sra. Delga
pared, sintiendo qu
tudiar con mi ídolo, todo se había esfuma
i teléfono y marqué
estó, mi vo
necesit