necer. Antonio estaba despatarrado en la cama, durmiendo
ró de ella. Necesitaba ve
ueado. Dudó solo un segundo an
-F-
ono se d
mplemente se sintió pesado,
s de reuniones familiares, capturas de pantalla de redes sociales, fotos que debió haber
as eran fotos de grupo en las que cas
n de notas. Era un diario.
orita es el
ero le encanta
arecía el sol. Damián es el hombre
de la vida de otra mujer, intercalado con sus pro
delirio, escuchó la puerta principal abrirse en el piso de abajo. El
fono y huyó de la habitación, un gri
presa se rompiera. Se hundió en el suelo, su cuerpo sacudido por sollozos silenciosos y sin lágrimas
asó, se quedó con un
y comenzó
aderamente suyas. Las viejas fotografías de sus padres. Una copia gastada de su libr
nió en una gran pila en medio de la habitación. Encontró la carta estelar que Antonio le había dado e
vida de su influenc
llamaron a su puerta
desdén la pila de artículos de lujo desechados-. Deja esta tontería.
ojos de Valeria estaba
cara, la familiar máscara de
upuest
nvaluable y su silencio sofocante,
ado un matrim
miró, sin
acción bursátil-. El magnate tecnológico de Seattle. Un hom
guntó Valeria, su voz u
idente de coche hace unos años. Pero su empresa está a punto de lograr un gran avanc
ociones. La estaban vend
rza, sus ojos como esquirlas de hielo-. Tienes un debe
cos, murieran en una explosión de laboratorio causada por equipo defectuoso suministrado por los Garza. Los Garza habían silenciad
eñora Garza. Luego pensó en Damián, que eligió una fusión por enc
Ni amor. Ni familia. Solo
preguntó, su voz despr
da por su rápida obediencia. -La próxima semana. Ya
. Y Valeria, sin nada que perder, la a
mpió en la habitación, c
boda? ¡Valeria está conmigo! -
tonio -espetó su madr
có Antonio, con los ojos d
a, diles -la instó, su voz un susurro desesperad
que le quitaran su juguete favorito. No sintió nada. Una parte de ella, la peq
o se cerró detrás de ellos, él la hizo gi