bel se encontró atrapada y el escalofrío de sus palabras la dejó desconcertada. Sus ojos se alzaro
debajo. Su encanto era palpable, sus rasgos cincelados a la perfección, como si un artista divino hubiera tenido mucho
iosa que exigía respeto. Era una mirada que hablaba de poder y contro
ntimiento. No pudo evitar preguntarse cuánto tiempo había estado observándola. Si
on la mirada helada del hombre, entr
en Gri
s, cuya desfiguración y muerte inminente eran la comidilla de la ciudad. Es evidente que la
a masculina, irradiando un encanto divino. No había nin
orrió a Mabel antes de posarse en
ido, obedientemente trotó hacia Jayden. Se a
ntener al lobo bajo control. Salió sigilosamente de la
una promesa: "Cuidado, muje
or la vendetta del lobo. Estaba más que
entrecerrando sus ojos
es Camila
evisto la rápida deducción de Jayden sobre su verdader
Mabel Baldwin, la
nte. Sin embargo, su terquedad, arrogancia y c
esafío contra el lobo. Algo brilló
te envió en lugar de
remeciera, sus palabras le apretaron la garganta co
incómoda. Hacía mucho tiempo que no conocía a u
den había orquestado el at
n para querer lastimarla. Pero su mirada era u
u próximo movimiento, Jayden