uave grito y cor
No tenías q
r y algo más... satisfacción. La abrazó con fuerza, manchand
aba para borrarme, todo por ella. El tatuaje había sido mi regalo de cumpleaños número dieciocho para
mbre que amaba.
si lo estuvieran arrancando, a
de baile, ignorando las miradas curiosas. Corrí de regreso a
as en el botiquín mi medicamento para la úlcera, mis
cama de la habitación de invitados, la habitación
iana. Llevaba mi bata de seda, la que Arturo
r la tela. Sonreía, una sonrisa petulante
asiado entumecida
ó molestarla. La s
l gato? ¿O finalmente te estás da
te", s
la vida que debería haber sido mía. Él no te ama, ¿
Sus ojos se abrieron con falso mi
voz de repente aguda y llena de pánico. "¡Me
a Diana encogida, con mi bata aferrada
hiciste?"
n la voz plana.
a, Elena!", gritó. "Disc
erpretando su pape
debí usar sus cosas. Solo
animidad solo
olvió hacia mí, sus ojos ardiendo con un fuego
, mi voz elevándose. "
garrándome el brazo. Su agarre era co
habitación. Luché, tratando de s
erdad crees que la lasti
i un destello de duda en sus ojos,
le la muñeca", gritó Di
reció. El monstruo
ntímetros del mío. Me arrastró por el departame
ril pasillo del edificio de apartamentos. Tropecé,
iensa en lo que h
. El clic de la cerradura fue
opia casa. Golpeé la puerta, gritando su nombre, per
agudo y punzante que me hizo doblarme. El pasillo
ltimo pensamiento consciente fue su promesa en Bellas A
muerta? ¿Arrancada de su c