a el control, la mecenas, la mujer poderosa que había construido su carrera de la nada
, con voz plana
de su vino, sin ap
ándola a una silla. Era un gesto familiar y casual que había realizado mi
uebas, un momento de drama antes de la boda. Pensó que ella estaba jugando, ha
", dijo, volviéndose hacia ell
aremos", res
ercó a ella, con el ceño fruncido. "¿Qué quieres decir? No
aba. Ella se apartó de su toque. Fue un movimiento peque
o suspendida en el a
he", dijo ella, poniéndose de pie. "
atro años juntos, nunca le había negado su cama. Era posesiv
itió, con un dejo de incredulid
a, su voz teñida de una ironía leve y afilada. "¿Que estar conmigo era
miento. Odiaba cuando ella le devolvía sus propias palabras.
des sin decir una palabra más. Todavía creía que esta era una tormenta pasajera
primera vez, sintió una
vistió con un sencillo y elegante traje sastre, un marcado cont
mó que Damián se habí
iba, Roberto?",
e la Vega. Simp
ella. "No lo
ega en todos los documentos oficiales y actualizando su pasaporte. Era una tarea pequeñ
os le encantaba. Se sentó junto a la ventana, bebiendo su café, v
nces l
olo. Karla estaba con él, su brazo entrelaz
Karla. Sabía que a ella le gustaban con mucho chile del que pica. Luego, con el pulgar, le limpió una man
pareja de enamorados en una mañana de sábado. Él no era el artista resentido y
l papel del protegido agradecido. Era un eco hermoso y hue
. Vio el abismo que existía entre ser amada y ser simplemente tol
olo había estado tomando prestada una vida que ella