osía la herida de la frente, su ceño fruncido en señal de desap

ación con una noticia de última hora. La cara de Adrián apareció en la pa

una farsa para ocultar una infidelidad. Se rumora que la señora Maroto está

e que pudiera reaccionar, la puerta

Entró como una furia y, sin decir una pa

o a mi familia!" , gritó, con e

me agarraron de los brazos.

d, zorra? Ahora verás lo que le pasa a

rminamos en una hacienda remota, en una habitación aislada y sin

or videollamada y me pus

madre que me saque

avor, solo ten paciencia. Mi madre está muy alterada. En cuant

rojo vivo, me atravesó el vientre. Un líquido ca

orizada. "¡Adrián, llama a

golpearla con desesperación. "¡Ab

uerta. "¿Qué hijo? Pensé que ya te habías deshecho de e

la madera de la puerta. "¡Es t

fue el sonido de su

ia sangre, y pasé la noche más larga de mi vida,

aron de vuelta a la clínica, a la misma mesa de operaciones.

ensaje d

e he hecho daño. Hablaré con

rodó por mi mejilla. Y

en mi teléfono que no había marcado en años.

tó. Esperé, con el

oz rota por el llanto y el dolor, an

ión de la junta directiva, Augusto Sierra in

mome

rmalmente impasible, se tensó al e

Qué pasa? ¿D

de los monitores del hospital an

rribando su silla. El silencio

i hija, ¡ahora!" , rugió a su asistente. "Prepara el jet. C