de mi carrera. Era la favorita para ganar el Prem
do, la viuda de su hermano mayor. Mi prometido, Damián, el hombre que se supon
vara el crédito por mis proyectos. Durante una sesión de fotos promocional, se quedó miran
eran en la lista negra de toda la industria. No se detuvo ahí. Me empujó al
tras yo llevaba a s
ión. Tomé a mi bebé nonato y desaparecí. Volé a un n
o años, fuim
ítu
seda, con el corazón latiéndome contra las costillas. Esta era la noche por la que ha
l favorito. Era más que un edificio;
rturo Valdés, me dio u
a. Una victoria bien merecida. El
sa agradecida,
turo. No ech
o entre
ede salar
e la ciudad, el hombre que iba a construir El Sol de Piedra. Pero había llamado hacía una hora
ador subió
stado esperando. El Premio Cúspide a l
n, una sonrisa ya for
Garza por
ía sentido. El Sauce era un diseño derivado,
las manos. Sentí los ojos de todo el salón sobre mí, la c
e nuevo en mi asiento, el lujoso terciopelo se sentía como pied
scando algo, cualquier cosa que le d
ami
en la tercera fila, su imponente figura p
estaban fijos en el escenario, en
amor de mi prometido. La
uí no era por m
mi alrededor, un zumbido b
Garza? ¿Qu
exión con el Grupo Ferrer.
al. El Sol de Piedra
claridad brutal. Damián había hec
uestra sala sobre su carrera estancada y cómo nunca alcanzaría s
, Isabela. Te lo
una historia que nunca me contó por completo. Una histori
ingular en mi oficio, todo culminó en este momento. Un momento que él le habí
Me quedé sentada, congelada, hast
e encontró, su expr
la
mi voz peligrosa
qué, D
aro de parec
emio. No dismi
blando ahora-. Era el Premio Cús
taba más. Es un tr
bajo de mi vida hizo que al
e me gané? ¡Invertí una década de mi vida en mi trabajo para llegar aquí! ¡
rme en pie. Las palabras eran un torrente, una
o un premio
por la emoción que
n sus ojos. Arrepentimiento, tal vez. Pe
os, Clara. Proyectos más g
ternalista. No lo ent
a -dije, mi voz bajando a un sus
ento, una voz si
ami
orado, corrió hacia nosotros. Se arrojó al
con los ojo
lo. ¡Gracias, g
uavizó al mirarla. Le ap
sabela. Tu talento
a no había pasado una sola noche en vela perfeccionando su diseño. No había luchado
ado, y él había hech
uelta y me alejé, el sonido de su feliz c