te al borde del Bosque de Chapultepec, el que Damián me había dicho una vez que era el lugar de su infa
mi vestido delgado. Los vi a lo lejos. Ximena Garza lloraba
de cristal, su expresión tierna y llena d
ue es la verdadera heredera de los Garza
del rompecabezas que nunca supe que existía. ¿Yo era una Garza? ¿La hija de
oló Damián. "Yo me encarg
ó ella. "¿Y qué hay del beb
s. La pérdida que me había roto, aquella por la que Damián
amé a Elena. La busqué por ti. Necesitaba que ella gestara a
e su eje. Mi estómago se
tro bebé. E
piente. Una madre s
usurró él, acarician
semana, las pláticas nocturnas, la forma en que sostenía mi mano. Lo recordé fr
. Un engaño ca
, insistió Ximena, apartándos
fue un accidente. La transferencia de embriones... era tu óvulo, pero no era mi esperma. Er
o sentí. Todo lo que sentía era un horror hueco y resonante. No solo me había usado. Me había violado de la manera más
e había cuidado durante el embarazo. Cocinaba para mí, se aseguraba de que tomara mis vitaminas,
el sabor amargo de la traición llenando m
lluvia, lo vi
caja de t
z resonando con sinceridad.
lágrimas desapareciendo de repente, reemplazad
uerdo. Necesita la alianza con el Grupo Lobo Comunicaciones más de lo que necesita a una hi
ba incluso en la tenue luz de la lluvia. "Ya me encargué d
on una sonrisa triunfante. Le ec
nta y posesiva. Se aferraron el uno al otro bajo e
ndo, y se alejaron, dejándom
un sollozo. Fue una risa. Un sonido roto
roma. Una tragedia escri
peón. Una sustit
de mí cambió. La desesperación comenzó
mor, mi cuerpo, mi hijo, mi
el correo electrónico de la Compañía Nacional de Danza, el que me ofre
uvo sobre el bot
recería. Pensaron q
a cómo resurgía de las cenizas en las que me había dejad
a del día en que escuchó
respuesta
de mí, y me alejé del parque, dejando atrás p