por la Diosa Lunar, pero nunca
e de desesperación surg
o de desmayarme, un sonido
nunciaba un m
e la de una mujer desnuda y
al instant
racticándole sexo oral a
siendo tan ágil
o si un millón de agujas
zón se d
ente me había
no lo había s
el suelo, un calor repen
horros estaban a
o no pod
erzas para marcar el
bía llevado él, y ahora solo me quedaba rog
eran sus crías; tenía que
a con este
ece llamadas, aún
intensificó, obligándome
pagar una tarifa exorbit
de dos horas, la ambu
auto". El médico de la manada informó por teléfo
enviaron
da, advirtiendo fríamente al médico: "No importa a qui
contacto de emergen
encia, solo para ser in
lo para llamar mi atención. Si me está molestando ahora, solo demues
édicos se vieron for
as antes de que la ambul
r frío y sangre cub
ras rogaba en silencio a la Diosa Lunar,
erpo se volvía cad
stener el teléf
encia, aún podía sentir esos
esos latidos tan frágiles habí
biéramos encontrado a Eduardo. Él ya traicionó la promesa que hizo cuando se vinculó a
estaba en
de mis ojos y mi coraz
mado, había causado la m
por vivir, su propio padre estab
taron a m
tiendo de pronto un dol
e mí comenzó a a
mismo instante, ellos esta
ció, pero una pregu
a sentido su inf
a mi cuerpo experi