lo, no aparecía por ningún lado. El aire estaba cargado de champaña y halagos, pero cada
ámaras. Los susurros en la sala lo confirmaron: sus manadas se estaban fusionando, un pacto sellad
encárgate de esto". Ni una disculpa, solo una orden. En ese momento, el último hi
llevándose el crédito por la aplicación multimillonaria que nació de m
isa murió esa noche. Entré a una oficina
ia de Propiedad Intelectual por mi "inútil" arte. Él nunca leería la letra pequeña. Con la mi
ítu
VISTA D
me de humano y al aroma limpio y sutil de la pintura al óleo secándos
éctrica de una tor
mi
. Mi co
osición individual. La culminación de años encorvada sobre lienzos
eda que llevaba, de un profundo azul medianoche. Era elegante, pero
Un brindis por la compañera del
mo una bofetada. *La compañera del Alfa.* No Ariadna Mon
e los otros lobos de Roca Negra en la sala. Algunos eran de lástima. *Pobrecita, la dejó plantada.* O
r a una manada, a crear una familia. Pero esta noche, se sentía c
a mi pieza más grande, un vórtice arremolinado de plata y
ía, que se suponía que mostraba mis bocetos digitales. En su lu
esta
'Neill.
aleza dentro de un traje perfectamente entallado. Su cuerpo poderoso estaba inclinado
a Alfa de la ma
vo: jengibre salvaje y sol del desierto. Era una depredadora,
hicieron más fuertes, ya no
entre Roca Negr
será sellada co
areja de poder. Un
ago se convirtió en ácido. No era solo que llegar
tamente en mi cabeza. Una orden fría y di
una Omega, encárgate de e
un rastro de disculpa. Ni un destello de cali
se rompió. El vínculo sagrado entre nosotros, el que la Diosa Luna había tejido, de rep
bien,
ño de la galería. Su aroma de Beta, a tierra cálida y libros viejos, fue
n el Vínculo Mental. *¡Ese Alfa idiota! Es igual que el último que le rompió
ther", la revolucionaria aplicación que había hecho ganar a Tecnologías O'Neill miles de millones. La inspiración me había lleg
ue era, la magia que vibraba bajo la pintura. Pero reconocerlo hab
Había tomado la parte más sagrada de mi alma, la magia de mi h
siendo pequeña y callada, finalmente murió. En su lugar, una de
ría. No me
har
i siquiera temblaron cuando saqué mi teléfono. Busqué el contacto de Sara,
ansmitido a través de un
como un acuerdo de transferencia de Propiedad Intelectual para todo mi arte conceptual de '
adora calma de una tormenta que se acerca. Estaba a punto de firmar la renuncia a su
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