e vista
gar, un conocido terreno neutral donde los jefes de las Familias a veces se reunían para negociar l
ada y posesiva en la parte baja de mi espalda, guiándome a través de los susurros y las luces intermitentes. Sonreí. E
e, mi amor", murmuró, su
onreí más ampliamen
odo encanto y devoción, pidiendo mi vino favorito, contando historias que me hacían sonar como una santa, la única cosa pura en su oscuro
de color. Un gran espectáculo público organizado solo para nosotros. Para nuestro aniversari
mi mano. "Para ti, Maya. Para m
su teléfono, boca arriba sobre la
aje de
n esto. ¿Te cree
ielo. Me aparté lentamente, mi sonrisa nunca vaciló. Era tan arrogante, t
perfecta, mientras comenzaba a escribir una respuesta. Mi mirada se desvió más allá de él, hacia
reír. Un sonido
hacia adelante, fingi
todos modos", murmuraba mientras e
"El Amanec
ya que llevaba mi nombre. Se lo
te era un tipo diferente de pecado. Era un despojo público de mi posición.
í se desdibujó en una mancha de luz sin sentido. Y en ese momento, el amor que sentía por él, el a

GOOGLE PLAY