siguiente, b

e y lo primero que pensó fue en E

se acercó a las cortinas, abrió un

enfrente, Eleanor ac

uando se estiraba perezosamente, notó una pequeña silueta tras la c

E

anito tímido

brillantes y le saludó obedien

l culito! -en ese instante, una voz sonó a su espalda

te! -exclamó Eleanor, emocionada como si hubier

cción que señalaba su he

ró el tono como si fuera

ace que te crezca

anito tímido de enfrente, que se volvió a e

tana, se estiró en puntitas

a esconderse -Eleanor también se asomó a la ventana pa

ita obediente y sensata, y

.. ¿cómo se atrevía un

um

gro

se enfadaba. De un tirón, c

e dijo con

jame a mí darle una lección a ese niño de enfr

inó la mirada: se le h

. ¡es

actuó de

había entrado alguien más en el cuarto de

or qué se sen

noche le había ment

ado la cortina otra vez. Pero para su sorpresa, en el cu

abeza con

ni el niño con su mismo nombr

silueta entrando en la habitaci

os, seguro que se parecían. ¡T

e fijó en que la pantalla de su computadora se ence

ba hackeando

s mejores hackers internacionales podían romperlo fácilm

tró ninguna emoció

ción del invasor, él lo t

us manitas volaban sobre el tec

ció una línea de te

llamo Christian La Rosa. Te advierto que no vuelvas a ab

ticones burlones. Al mismo tiempo, comprendió que, efectivamente, el intru

iosidad. Sus dedos te

toy esp

yó en voz alta con su vocecita dulce

an de admiración,

rente también hackeó tu

ristian, picado en su orgullo, y sus ded

ce que hay que ser buenos

cambió la contraseña y le puso

a, se cruzó de brazos y se convenció de que el

después, apareci

mien

roto el

ua de la sorpresa, se sentó

secreta de un país entero s

mamá, podía igualarlo. Había vivido

afloja... era dem

ple advertencia, ahora se

r un rato, tal vez no tenga tiempo de buscarte. Po

asta. Christopher dudó un instante, pero

rrito: "Boss Chris". Sus publicaciones estaban ll

erfil vacío y oscuro, par

... pero igual pulsó

tó enseguida y lo

le llegó un

abrió. Y una vocecita vi

o, cuando vuelva del parque de diversiones. ¡No sé qué le dio a m

ue de di

ía hecho la vecina tía anoche, c

n un escueto "ok"... y después guardó el tel