Prisionera De Su Obsesion De Amor

la esquina de un café elegante. Se veía nerviosa, con las manos entrelazadas sobre

adarle al señor Alexander. Haz lo que sea necesario para c

e le había grabado en los huesos. No era una súplica. Era una orden-de su supuest

practicó una sonrisa.

oy-se dijo-, solo t

o educado l

ta Livia

asistente, el mismo hombre

él... entr

si el lugar le

lexander no era un hombre cualquiera: parecía alguien que poseía

n. Era la primera vez que lo veía

mbre que se convertiría en su esposo-

é y hasta el aire le pertenecieran. El asistente sacó un sobre ma

ró antes de desliza

padeó.-S-

:La segunda parte debe obedecer y escuchar a la primera parte en todos los

bro se

mente? ¿Me estoy casando con un esp

a.-Eh... solo para aclarar, ¿esto significa

na ceja, dive

n entusiasmo exagerado, como una colegiala que acaba

u sarcasmo-

s re

irguió

untos personales. Especialmente e

acuerdo -respondió con alegría, como

papel como mi es

lenciosa. Entendido.

etuvo.-

a, s

observó co

público. Compórtate de manera a

ible cuando se necesite -respondió con una s

n largo

a, evaluándola.-¿Aceptas tod

.. ¿qué hay que pensar? Soy muy... complaciente. Muy

.-¿Siempre estás tan d

lta.-¡Oh no, para nada! Bueno, sí... pero también no.

ignificaba eso siquiera? ¿Exit

rvaron en algo que casi pa

icho antes -

todo. Brown te dará la lista detall

racias por...

su presencia desvaneciéndose como

o sabía que contenía. Tenía

gla dos: guardar silencio.R

murmurando para sí misma:-Fácil. Totalmente ma

e Brown, de pie junto a la puerta con una expresión inescrut

pretando los papeles del cont

e, con la cabeza doliéndole por el contenido abrumador. Dentro habí

wn rompió el silencio desde el asiento del conductor.-Éstas son las reglas que debe

de aquel hombre, salvo

izar todo esto? -

a, por favor dígamela -r

pensó Livia. Pero en su lugar sonrió con cortesía.-Gracias por su esfu

o alrededor del joven amo funcione

lavo tan raro»

a al joven amo y cumpla con su

ivia jugueteó con u

al joven amo en la cama. Uste

po?» Livia suspiró aliviada. «La verdad, agr

or Damian Alexander es muy g