vista d
chica del reflejo era una extraña, con los ojos vacíos y el rostro una máscara pálida y tensa. Tenía l
marcado como suya. No se movía. Puse la mano bajo el agua fría, el shock helado fue un pinchazo
oda descolorida de mi madre y el padre que apenas conocía. Ya no era un símbolo de amor. Era el precio.
ina y aguda de dolor que casi me dobló las rodillas. La reprimí. Las emociones eran un l
adas de su libro favorito, un pequeño relicario de plata con una foto mía de bebé adentro. Las puse en
a foto del verano pasado. Yo, mi madre y Damián, todos sonriendo en
mián de la foto. Su rostro sonriente, el brazo posesivamente sobre mi hombro... desaparec
i cartera y tiré el trozo de
or una de las amigas aduladoras de Isabella. Un video de ella y Damián, besándose en un telesquí
confirmando lo que ya sabía. La traición no fu
no era solo dolor. Era una brújula. Me apuntaba
puerta trasera. El pequeño terreno de mi madre daba a una barranca. Me paré sobr
lancé el anillo
gra y arremolinada. Ni si

GOOGLE PLAY