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Historia
Su fría venganza, un amor oculto

Su fría venganza, un amor oculto

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1983    |    Actualizado en: 04/11/2025

Carranza. El día que mi familia se declaró en bancarrota, él se c

jo con una frialdad que helaba los

amante de tiempo completo. Tenía que servirle a él y a su nueva y perfecta novia, Astrid, en el

or", Astrid, estaba conspirando en secreto con su hermano, Caden

de salvarlo de un chantaje. Acepté, dispuesta a sacrificarme para liberarlo. Jamás imaginé que este e

ítu

ista de Ca

nco días, convertí su vida en un infierno. En el día mil noventa y seis,

hapultepec. Ni siquiera tuvo la decencia de llevarme a su nueva y enorme oficina. Simplemente se quedó ahí, de pie, flanqueado por abo

como la piedra pulida entre nosotros-. Mi verdad

ron un golpe que me dejó sin aliento

r. Todo comenzó en una fiesta de fraternidad durante nuestro último año en el Tec de Monterrey. Yo era la reina de la escena socialité de la Ciudad de México, la her

an. Kael era su sombra, un introvertido estudioso que pasaba más tiempo en la biblioteca que en las fiestas. Pero

ones del dormitorio de Kael Carranza, con aspecto desaliñado y arruinado. La reputación de mi fa

oraba la percepción por enc

ando de rabia en su oficina con paneles de caoba

za con los Ferrer. Mi padre expuso los términos con una claridad brutal. Un matrimonio, sí, pero con el acuerdo prenupcial más estricto que sus abogados pudieran

l, sin embargo, fue otra historia. Se quedó allí, en silencio e inmóvil, sus ojos oscuros fijos en mí. No pude leer su ex

emonia discreta en el Regist

ener. La vida con Caden. La vida de una princesa celebrada, no de un

fiestas donde mis amigos se burlaban abiertamente

mila -susurraban, lo suficiente

torcedura fría y vi

, él era menos que un sirviente. Dormía en un catre a l

-decía mi padre en la ce

ba en silencio

ba mi madre con un suspiro, picoteando su ens

nte absorbía los insultos, su rostro

ldo de una boutique de diseñador en Masaryk, echando humos. De repente, él estaba allí, sost

paraguas-. Siguiéndome como un perro p

a empapada y el pelo oscuro pegado a la frent

podía soportar ese nivel de humillación sin quebrarse. Pero Kael nunca

vera e intelectual. Pómulos altos, una mandíbula fuerte y ojos tan oscuros que parecían tragarse la luz. Sabía que se había graduado con las mejores notas en cienc

antador, vibrante, lleno de v

mal ardía en mi mente, el sabor del tequila barato y el arrepentimiento

el c

ván

, sin somnolencia, simp

a? ¿Est

agua -

gua estaba a la temperatura perfecta, no demasiado fr

día ver era al hombre que había arruinado mi v

ate -

ble, luego se dio la vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta suavemente detrás de él. Una chispa de culpa se en

tra vida. Un ciclo de mi crueld

s, todo

ía hecho una serie de malas apuestas, y el imperio Ferrer se desmoronó de

ía una nueva quietud en él. Empezó a trabajar hasta tarde, desapareciendo en el pequeño estudio que habí

undo de caos. Por primera vez, me encontré observándolo, realmente observándolo. Empecé a pensar q

un regalo para él: una primera edición de un libro sobre programación que sabí

nte entallado, flanqueado por lobos. Una startup tecnológica que había construido en secret

alo,

al presente. A la fría y d

ía vuelto. Todo era una mentira. Su paciencia no ha

n de verme quebrarme. Firmé mi nombre con un floreo, la tinta un ta

quebradiza-. Ahora

va delgada y sin h

chófer te l

roto-. No tengo casa, ¿recuerdas?

ó. La mirada en sus o

osas siguen allí. Pensé que sería un

a posición de debilidad que nunca supe que tenía. Cada humillación que le había infligido, ahora me la devolvía multi

mi familia despilfarraba un legado, él construía un imperio desde una

ia que había estado esperando -la rabia triunfante, la regodeo vicioso- nunca lleg

me paso entre sus abogados y tropezando fuera

su voz todavía exas

la vuelta

do delgado. En mi mano, todavía aferraba la pequeña caj

era nadie. Me quedé allí, en la acera, mientras el cielo lloraba, dejando que el fr

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