vista d

tual de ansiedad. Mi corazón dio un vuelco en mi garganta. No había pedido nada, no esperab

rl

nte desprovisto de maquillaje, dándole un aspecto angelical y frágil. Sostenía un recipiente térmico para comida, una sonrisa enferm

a la cadena de seguridad. "¿Qué quieres, Karla

pasar el recipiente de comida por el hueco. "Jacobo me dijo que no estabas comiendo bien. Te hice un poco de sopa de pollo

firmemente. "No quiero tu sopa,

ró la compostura, sus ojos se llenaron de lágrimas perfectamente sincronizadas. "Ariadna, ¿cómo puedes ser tan cruel? Solo estoy t

empo", espeté, mi paciencia agotándose. "¿Y la familia d

teza fingida. "Oh, Ariadna. Sé que estás molesta. Jacobo está tan angustiado. Solo quiere lo mejor para todos. Especialmente para e

. "¿Quiere que tenga a este bebé?". Las palabras fueron un susurro peligroso. "¿Por qué

é. Merece una familia. Una familia completa. No es culpa del bebé que ustedes dos no puedan arreglar las cosas". Se retorció las manos, una imagen de inocencia ang

Y sabes... yo no puedo. No puedo darle

idas en el aire, pesadas y ve

ncia constante de Karla en la vida de Jacobo, su extraña obsesión por tener un hijo ahora, después de años de indiferencia. La forma en

ra ellos. Para Jacobo y Karla, para completar su retorcida fantasía de una familia perfecta. No era más que un útero fértil y

blando de veneno. "¿Quieres criar a mi hijo para Jacobo, porque tú no puedes tener uno? ¿Es eso lo que es esto? ¿Es por eso

ló. Mi estómago se revolvió, las náuseas subieron. Sentí un grito primario creci

s de traición y esta revelación última y repugnante, lo arrojé. Pasó volando junto a su cabeza, fallando por centímetros, y se estrelló contra la pared del pasillo con un rep

, su fachada cuidadosamente construida completamente destrozada. Sus ojos, abiertos de par en par

iente manipuladora y asquerosa! ¡Y nunca, nunca te acerques a mi hijo de nuevo!". Cer

sto, Ariadna! ¡No ganarás! ¡Tendrás a este bebé, y Jacobo se asegurará de que lo con

e insidioso, envolvió mi corazón con sus tentáculos. No me dejarían ir. No dejarían ir a mi hijo. El poder de Jacobo, su riqueza, su determinación i

ebé, sino a su bebé. Una muñeca viva y que resp

i único futuro, lo único puro que quedaba en un mundo manchado de mentiras. Los protegería, ferozmente, con cada fibra de

grimas corriendo por mi rostro. "Solo tú y yo.

ue este bebé era suyo... ¿qué pasaría si el bebé, y yo, simplemente dejáramos de existir? ¿Qué pasaría si desapareciéramos sin dejar rastro, dejándolos con nada má