img Disonancia  /  Capítulo 3 — 3 — | 13.04%
Instalar App
Historia

Capítulo 3 — 3 —

Palabras:1724    |    Actualizado en: 19/05/2021

estúpido ese. Sí que era especial, pues este no tenía

a m

iera ha

ica había provocado y me sorprendió que no me hubieran hecho añicos considerando lo que hice,

uir cuánto tiempo había pasado, no había ventanas ni nada que pudiera darme una pista de si pasaron unas horas o incluso días, tod

rdo se asomó, no pude verle el rostro porque

inc

que me lla

que la mirara—. No vayas a hacer algo estúpido, ya aprend

ier movimiento que no fuera caminar. El lugar era grande y tomó bastante tiempo en llegar a una habitación donde había m

s—. ¿Ves? ¿Quién dijo que éramos unos monstruos? Ahora apúrate que no tengo todo el día —dijo

do contra ti, aunque tengas esa ma

o podía derrumbarla, y sabía que después de mi acto estarían todos con una metralleta bajo el brazo esperando que cometa el mismo error para dispararme sin piedad. Me di por vencida y giré una de las llaves para que saliera el agua. Me puse bajo el chorro con la ropa que tenía, así aprov

e

conocía bien. Recorrí mis ojos por s

acer de niñe

a chica que le rompiste la nariz? —me preguntó tranqui

testé sin prest

ca es mi

bufido

emás, te hice un favor, segur

tebrazo apretó mi cuello. Si las miradas mataran nuestras cabezas est

. Había tenido razón; no eran negros, eran

gruñó—. Debería acab

cuántos más?

tarme contra

searán nunca haber escondid

y matarnos en el proceso ha sido su error más gra

ó un poco más, ignorando mi amenaza—. Sufrirás, sufrirás como

nas se escu

razo en mi cuello se mantenía en su lugar, pero no me apretaba al punto de no poder respirar, tenía el agarr

sin vida y escuchar a tu madre gritar por ayuda fue un

sentarme sobre él. Descargué toda mi ira golpeándole el rostro; uno, dos, tres combos se escucharon hasta que sus piernas se levantaron y tomaron mi cuerpo por detrás para

agua que le había caído de la ducha aún a

toy empeza

andes y fuertes, subí mi brazo y la crucé por encima de los suyos y me zafé de su agarre, pero cuando di la vuelta atrapó mi cuello nuevamente por detrás, tomé impulso y lo levanté por encima d

n él de una v

s envolvieron su cuello en el aire haciéndolo girar en su posición, y usando su peso contra él

piar la sangre que teníamos por los golpes. Escuchamos la puerta e inconscientemente saltamos de don

quí? —le preg

que su tiempo s

abía actuado detrás de la espalda de

po se acabó, princesa,

hasta la salida, pero antes de cruzar la puerta me lazó una mirada. Sab

ropa interior. Repasaba la pelea con Kent en mi cabeza; sus golpes fueron certeros, sus movimientos calculados y era mucho más ágil de lo que podía

y lo inevitable g

la m

golpear la puerta

s fuerte—. ¡Necesito usar el maldito baño! ¡No querrán que su princes

le —se escuchó

sus ojos bajaron de los míos hasta mi cuerpo semides

lo que ves?

am

enido matarlo si tenía la oportunidad, pero solo me miró mosqueado. Vi como en su rostro no había ningún indicio d

rodeando por ahí. Lo agradecí, lo último que quería era que me vieran en mis paños menores, algo que no pensé hasta que Kent

cinco

o había ventanas, toqué con los nudillos la pared, era de concr

se habían esmerado para

imposible matarlo, lo sabía bien, pero si no lo mataba a él, me mataría a mí misma. No dejaría que ese inútil me volviera a t

ría m

me esperaba con a

una manta—. Cúbr

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY