A VIL
ra tan profundo que trascendió las lágrimas, dejando atrás una calma fría y desolada. Mi hijo, la razón po
ás de mí. Solo necesitaba acostarme, escapar de la sofocante realidad de mi vida. Mi mente, sin embarg
na sonrisa de suficiencia jugando en sus labios, sus ojos brillando con un triunfo malicioso. "
z plana, desprovista de emoción. Estaba
cómo estabas. Cristian está preocupado, ¿sabes? Realmente le importa su reputación. Dijo que estabas
tener a dos mujeres orbitando a su alrededor, una para aparentar y otra para el placer?". La observé, una extraña sensación de des
igió a mí. Ahora me ve como su madre". Sus ojos se entrecerraron. "¿Y Cristian? Siempre me quiso a mí. Tú solo fuiste... conveniente
es lárgate", dije, mi voz apenas audible. "Solo déjame en
y ornamentado abrecartas. Y luego, en un movimiento rápido y repugnante, lo arrastró por su propio antebrazo. Un
ré, estupefacta, ante s
, soltó un grito desgarrador. "¡Jimena! ¡¿Qué estás
asillo. "¡Karla!", la vo
plomó en el suelo, agarrando su brazo sangrante, sus ojos fijos en mí con una mirada de acusación aterrorizada. "¡E
gre, y su mente inmediatamente llenó los espacios en blanco. Sus ojos, usualmente tan
ia atrás, mi cabeza golpeando la pared con un ruido sordo y enfermizo. El dolor explotó detrás de mis oj
cia Karla, sus brazos envolviéndola protectoramente. "¡Está herida, papá! ¡Mamá
o el dolor en mi corazón. Miré a Mateo, su rostro torcido por el odio, y luego a
Sus palabras, agudas y deliberadas, estaban diseñadas para infligir el máximo dolor. "Estás gorda. Estás fea. ¡Karla es bonita
e razón. Eres un monstruo, Jimena". Me mir
una claridad profunda y escalofriante. Tenían razón. Había terminado. Terminado con esta farsa, terminado con esta familia, terminado co
n cálido hilo de sangre corría de mi nariz. "Bien", grazn
o esté listo. Y cuando lo esté, te arrepentirás de cada momento que pasaste bajo mi techo". Agarró el brazo de Karla, levantándola. "Vamos, Karla.
tintivamente a mi bajo vientre, trazando la tenue cicatriz. La vi

GOOGLE PLAY