a Ad
ninguna
inguna adv
hombre que amaba un d
cía una p
firmé los papeles del d
isa era tan amplia que me dio
r de mi cuello y apretó, blo
ía res
ero mis labios se
í tan i
nera de Elías
tirlo, tenia que liberarme
ría que llo
lté en la cama; mi corazón latía tan violentam
, mi mente daba vueltas con imágenes vividas de Elías obligándom
a pesadilla. Mi alivio no duró mucho c
ón se hundió cuando me di cuen
on ventanales de suelo a techo, y las únicas dos paredes er
y había una pequeña zona de estar c
de e
me entró el pánico. ¿Acaso ese imbécil de Elí
que hacía y me trasladó p
ó hasta lo más prof
hacia el borde de la cama, mi corazón se acele
! -grité, con la frustra
no me
a can
hombre alto, sosteniendo una
nuevo cuando me quedé paralizada, y mis ojos se posaron e
an guapo como siempre. Cabello castaño medio oscuro, mandíbula marcada con un
ré aliviada-.
bandeja en la mesita de noche. Frunció
ba. Así que seguí su mirada y me
é cómo había escapado de la villa. La criada me ayu
voz profunda y mi estómago decidió en ese
iera ahogar el sonido, pero se hizo más fuerte,
eñaló el plato. -Esa es s
recordaba lo que me gustaba a pesar de
art y también tío de Elias. Tenían la misma edad, y
que, de repente, después de que Elías y yo nos casáramos, se dis
Lucas me estuviera mirando. Me moría de hambre. Pensé que Elías me dej
, miré a Lucas, que estaba de pie junto a la puerta
? -pregunté-. ¿Fuis
alió un hombre, pero no pude distinguir su
te salvé -respondió-. Te lanzaste sobre mi co
flojó de repente con sus pa
hecha un desastre -preguntó Lucas, fr
rgonzada. No pude res
e su sobrino se volv
s? -Me llegó su voz grave-. Llamar
el corazón
ames! ¡Ya esta
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