como telón de fondo. Las antorchas danzaban, creando un juego de luces y sombras que, para Elara, solo acent
a cargado, no solo con la sal del mar, sino con la hostilidad de la familia Vance. Elara
voz resonante, no tardó e
rendente y, debo decir, más consumida que hemos v
un tono meloso, supuestamente encantador: -Sí, nos sorprendió la noticia. Dicen que e
asión juvenil siempre ha sido un riesgo en nuestra familia, Serena. Me temo que Elara ti
humillación que le costó su herencia. Elara sintió el ardor de la
sin mirarla. Su voz, tranquila y pelig
o que ahora no hay falta de juicio. Hay convicción. Y ella es la mujer más sensata y calcu
a declaración de propiedad y una burla a
os en la terraza esta tarde. Absolutamente embelesados. George parecía q
la fuerza de un hecho consumado. Estaban siendo vigilados. La necesidad
gilancia le encantara, apret
to es demasiado frío para ti
en el regazo de Liam, justo en el centro de la mesa. El contacto era íntimo, cálido y su cercanía, casi a
razo alrededor del cuello de Liam, apoy
a -dijo Elara, su voz era un susurro seductor que sonó extrañamente
carada que Julian se
aceptable -
que sus ojos brillaban de envidia-.
nces había estado fija en la cintura de Elara, se deslizó por el costado, enco
sonrisa depredadora-, la suerte que tengo de tener una mujer
la humillación. La victoria era de ellos, pero Elara sentía que el preci
ón de la Re
s y el silencio se apoderó del espacio. Elara se levantó
te-. Se fue furioso. Mañana estará demasiado distr
de agua, la frialdad vo
a. George y Serena mencionaron la intimidad de la terraza. No solo nos están mira
ensa. -Micrófon
zca "anormal". Piensa en el panorama, Elara. Si alguien está espiando, ¿qué es lo más normal que esperan escuch
sus palabras eran
o, si la suite permanece en un silencio de tumba, la narrativa se rompe inmediatamente. El silencio e
na violación total de su espacio personal, un
redibilidad del afecto, de la pasión. No es sobr
niegas a proporcionar el ruido de fondo necesario. Si hay micrófonos, necesitamos cubrir los silenci
cuerpo no tocándola, pero su presenci
harás en mi hombro. Y yo no dudaré en usar mi cuerpo para hacer que esos sonidos sean convincentes. Es la única manera de asegurarno
jo, una chispa de sumisión al poder de él. Él la estaba
guntó ella, desafiante, busc
itará nuestra actuación pública mañana. Es ganar-ganar. Y s
e sus manos. Sus ojos er
obra. Si la intimidad sonora es el costo de Vance Pharma, lo pagarás. Y esta noche, me aseg
ión de intenciones. Sus labios se movieron sobre los de ella con una firmeza que exigía sumisión, desmanteland
la con un susurro que se perdió en el beso. La tela fina cayó de sus hombros. Liam no la ayudó a quitarse el
luz tenue de la suite. Elara estaba completamente expu
erfecta del poder contenido: hombros amplios, un torso firme y un vientre plano, cubierto por una leve sombra de
, su peso contenido, do
io de la actuación-. Somos dos personas que acaban de humillar a su enemigo co
la garganta seca, hipnotizada por la
exploraba la de ella, y sus manos se movieron sobre la piel de Elara con una posesi
e susurró en el oído, su aliento caliente-. Que piensen
ncontrando el centro de su feminidad. El contacto la hizo jadear, una mezcla de sorpresa
tos, metódicos, ignorando su mente y apelando directamente a su cuerpo. Elara sintió el c
odulado para un posible micrófono. Pero sus ojos seguían fijos
músculos. Su mente luchaba; su cuerpo se rendía. Él es
a. El sonido
e de sensaciones, respondió con un gemido que resonó en la suite. El
a en sus ojos oscuros. Había cons
, su cuerpo atlético en perfecta sincronía con el de
el contrato que habían firmado. Él se movía con una fuerza y un ritmo controlado, b
su cuello-. Piensa en Julian. Piensa en el i
hermano. La rabia se mezcló con el placer, creando una sinergia explo
asión. Él no solo la estaba llevando al clímax; la estaba llevando a la dest
e control. Liam la besó en ese instante, absorbiendo el ruido,
de Liam pesado y satisfactorio sobre el de ella. Se movió a su lado, su
por la venganza, y el precio había sido pag
untó Elara, su voz era un hilo, la h
bro, un gesto qu
de Julian, sino nuestra lujuria descontrolada. Julian no p
ugio. Tenían toda la noche. Y si Julian estaba escuchando, necesitarían más

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