a en los gritos dramáticos de Jimena. Subió las escaleras de d
con una preocupación frenética, un marcado co
oí susurros apresurados, lue
Es tan violenta! -Su voz era débil, temblorosa
ió. Una falsa acusa
luz peligrosa. Jimena se aferraba a él, su cabeza enterrada en su pecho, haciendo suaves sonidos de gemido-. ¡Alina!
e físico. El bebé del que no sabía, el bebé del que
Rompió mi bastón, me atormentó, confesó todo! -Mi corazón latía con fuerza, un
nado por el asco. Se abalanzó hacia mí
a a cualquiera que represente una amenaza! -Me agarró del brazo, su agarre magullador, y arrastró mi silla de ruedas más adentro del
finalmente corriendo por mi rostro-. ¡Estás
aron-. ¡No le hablarás así! ¡No hablarás en absoluto! ¡No eres más que una carga, un recordatorio de una vida que nunca quise! -Señaló con
us lágrimas falsas, encontró mi mirada por encima del hombro de Carlos. Una sonrisa triunfante y venenosa se extendi
dor me atravesó la cabeza al golpear la dura superficie. Mi cuerpo, ya frágil, gritó en protes
ándome el estómago-.
ock. Las lágrimas falsas que habían sido tan convincentes momentos antes fuer
eamente suavizados con un destello de algo que podría haber sido pre
or, ¿estás bien? No dejes que te afecte. Solo está tratando de molestarte. -Envolvió su brazo alrededor de Jimena, atrayénd
nca, desesperada. El dolor en mi estómago se intensif
el pomo. Se giró, su mirada fría,
rminado contigo. Quédate aquí y púdrete.
imena, débil pero clara, un susurr
Disfruta tu p
se intensificó, un fuego abrasador. Intenté moverme, pedir ayuda, pero mi cuerpo se negó a
n todo mi cuerpo, un recordatorio constante de la caída. Estaba en una cama de hospital, las sábanas blancas y crujientes un mar
estaba sentada junto a mi cama. Inmediat
ó, su voz cruda de emoción-. La encontré... después de que se
bil y rasposa. Mi garganta estaba seca, m
cabeza, su rostro
é al hospital donde estaba la señorita Jimena. Solo dijeron que el señor Kelley dejó en clar
as lágrimas brotaron de mis ojos, un testimonio silencioso de su crueldad. Mi pecho se opr
entró en la habitación, sosteniendo un portapapele
una pausa, su mirada gentil pero firme-. Ha sufrido una caída grave. Hicimos todo
palabras resonaron en mi mente, una sentencia de muerte para mis esperanzas, para mi futuro, para la pequeña chispa de vida que ni si
e pero insistente-. Para prevenir complicaciones. Hemos intentado contactar a su
ino por mi sien. Mi bebé. Nuestro bebé. El bebé
a de emoción-. Ningún otro fami
ardiente e inextinguible de retribución. Mi bebé se había ido. Mi amor estaba destrozado. Mi vida, como la conocía, había te

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