img Me robaron todo: Ahora yo tomo lo mío  /  Capítulo 5 | 21.74%
Instalar App
Historia

Capítulo 5

Palabras:1286    |    Actualizado en: 18/12/2025

a en los gritos dramáticos de Jimena. Subió las escaleras de d

con una preocupación frenética, un marcado co

oí susurros apresurados, lue

Es tan violenta! -Su voz era débil, temblorosa

ió. Una falsa acusa

luz peligrosa. Jimena se aferraba a él, su cabeza enterrada en su pecho, haciendo suaves sonidos de gemido-. ¡Alina!

e físico. El bebé del que no sabía, el bebé del que

Rompió mi bastón, me atormentó, confesó todo! -Mi corazón latía con fuerza, un

nado por el asco. Se abalanzó hacia mí

a a cualquiera que represente una amenaza! -Me agarró del brazo, su agarre magullador, y arrastró mi silla de ruedas más adentro del

finalmente corriendo por mi rostro-. ¡Estás

aron-. ¡No le hablarás así! ¡No hablarás en absoluto! ¡No eres más que una carga, un recordatorio de una vida que nunca quise! -Señaló con

us lágrimas falsas, encontró mi mirada por encima del hombro de Carlos. Una sonrisa triunfante y venenosa se extendi

dor me atravesó la cabeza al golpear la dura superficie. Mi cuerpo, ya frágil, gritó en protes

ándome el estómago-.

ock. Las lágrimas falsas que habían sido tan convincentes momentos antes fuer

eamente suavizados con un destello de algo que podría haber sido pre

or, ¿estás bien? No dejes que te afecte. Solo está tratando de molestarte. -Envolvió su brazo alrededor de Jimena, atrayénd

nca, desesperada. El dolor en mi estómago se intensif

el pomo. Se giró, su mirada fría,

rminado contigo. Quédate aquí y púdrete.

imena, débil pero clara, un susurr

Disfruta tu p

se intensificó, un fuego abrasador. Intenté moverme, pedir ayuda, pero mi cuerpo se negó a

n todo mi cuerpo, un recordatorio constante de la caída. Estaba en una cama de hospital, las sábanas blancas y crujientes un mar

estaba sentada junto a mi cama. Inmediat

ó, su voz cruda de emoción-. La encontré... después de que se

bil y rasposa. Mi garganta estaba seca, m

cabeza, su rostro

é al hospital donde estaba la señorita Jimena. Solo dijeron que el señor Kelley dejó en clar

as lágrimas brotaron de mis ojos, un testimonio silencioso de su crueldad. Mi pecho se opr

entró en la habitación, sosteniendo un portapapele

una pausa, su mirada gentil pero firme-. Ha sufrido una caída grave. Hicimos todo

palabras resonaron en mi mente, una sentencia de muerte para mis esperanzas, para mi futuro, para la pequeña chispa de vida que ni si

e pero insistente-. Para prevenir complicaciones. Hemos intentado contactar a su

ino por mi sien. Mi bebé. Nuestro bebé. El bebé

a de emoción-. Ningún otro fami

ardiente e inextinguible de retribución. Mi bebé se había ido. Mi amor estaba destrozado. Mi vida, como la conocía, había te

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY