sta de Xime
uturo compartido, se habían ido. El papel en mi mano, una confirmación del procedimiento, se sentía extrañamente ligero, pero pesaba una tonelada. Mi cuerpo dolía, un latido sordo e insisten
s de pasos apresurados y sirenas lejanas. Necesitaba café. Fuerte, negro, lo suficientemente caliente como para
o y
guerra, o quizás una noche particularmente salvaje. Bruno la tenía abrazada con fuerza, sosteniéndola, su preocupación claramente grabada en su rostro. Su proximidad, su
suave gemido,
za, Bruno. Y la garganta...
hombro de él, una exhibición
ció el pelo, s
pasaste de la raya. Nos
do suave e íntimo que solí
dejar el tequila
mente, un sonid
imió-, tú me dijiste que estaba bien. Dij
vés de ojos e
descansar. No más... activida
apretó má
os. Quizás una noche tranquila en casa, solo nosotros. Me asegur
zamente dulce, entregada con una devo
cualquier cosa para evitar la intimidad. "Simplemente no estoy de humor, Ximena. Ha sido un día largo. ¿No puedes entenderlo?", espetaba, dejándome sintiéndome rechazada, indeseable y constante
o con ella. No me quería a mí. La quería a ella. Quería la emoción, la indiscreción, la pasión ilícita. Mi hijo, nuestro hijo, no había sido más que un inconveniente,
de repente levantó la vista. Sus ojos, todavía un poco nublados, se encontraron
es... renovada. Debe ser por todo
goteaba
amente te veías un poco... cansada. Pero claro, él siempr
a preocupación por Diana, ahora registraron pura conmoción al posarse en
idad de él y mi dolor-. ¿Qué tienes tú que no tenga yo? Quiero
rás, una risa burlona e
pelo a su... lado primitivo.
débil intento de silenciarla, pero ya era demasiado t
, solo está... molesta.
de Bruno de su brazo-. ¿Molesta de que estés a
ia Bruno, su
de verdad. Dile quién te entiende d
Pero fue solo una fracción de segundo. Apretó su brazo alrededor d
z dura-. Ella me entiende. Es mi alma g
ron, un beso largo y profundo, justo ahí en la esquina de la calle, como si yo no existiera. Como si el mundo girara en torno a su repu
trataba solo de Bruno, o de Diana, o de su traición. Se trataba de todo lo que había sacrificado, de todo en lo que había creído, desmoronándose en polvo ante mis oj
revolvió el estómago. Mi cuerpo se rebeló, un repentino mareo me invadió. Necesi
um
avimento. El papel arrugado salió volando de mi mano, aterrizando preca
r corriendo a mi lado. Había pasado de prisa y yo me había
ue un segundo antes estaba lleno de pasión por Diana, ahora se transformó en una máscara de pánico apenas disimul
su voz teñida de una preocupación fingida. Se
aminado, una traición contra mi propia piel. Su rostro se ensombreció, un destello de fastidio reemplazando la falsa preocupación. Sus
RAS
ón cercano. Diana, que había estado observ
ué fue eso?
a salir tambaleándose del callejón, agarrándose la cabeza, un bote de basura volcado ce
reada otra vez! -gritó Diana, su v
davía en el suelo, sin pensarlo dos veces. Se puso de pie de un salto y corrió hacia Diana, su rostro una máscara contorsi
voz suave de adoración-. Vamo
icio, permaneció en el pavimento sucio. Mi corazón, ya un páramo estéril, sintió una nueva oleada de ácido amargo. Ya no se trataba solo del rom
con otra mujer. Pero en ese momento, mientras miraba la confirmación de mi procedimiento, una nueva claridad se apoderó de mí. Ya no había un "nosotros". Solo estab

GOOGLE PLAY