Vista d
agarrando la perilla de metal frío. Respiré hondo, armándome de valor. Esta
a su brazo, estaba Brenda. Tenía los ojos enrojecidos y desenfocados, el pelo ligeramente alborotado, pero una sonris
s-. Brenda bebió demasiada champaña celebrando esta noche. No está en condiciones de
e que eres muy buena haciendo... ya sabes... esa sopa para la cruda. ¿Podrías... podrías hacer un poco para la po
algunos de los rumores que circulan sobre ella. Deberías ser más comprensiva. -Habló como si yo
por una furia al rojo vivo. Aquí. La trajo aquí. A nuestra casa. ¿Y
luego se elevó con una claridad escalofriante-. ¿Trajiste a tu... amiga...
ido una noche difícil. Muestra un poco de compasión. -Me puso la bol
emblar. Esto era todo. El final absoluto e innegable. La traic
su vida, todos sus 'amigos' y 'colegas' y 'personal de campaña', no hay ni uno solo que pudiera llevarla a casa? ¿Tiene
ícula, Aurelia. Está molesta. Y tú e
bios-. ¿Esperas que le haga sopa a tu amante, en mi propia ca
una tormenta. -¡No es mi a
ado apoyada contra la pared, de repente se arrojó hacia atrás, soltando un grito teatral. Ro
Corrió a su lado, cayendo de rodillas. -¡B
una mirada malévola. -¡Ella... ella me empujó! -gritó, su voz sorprend
, ardiendo con una furia fría y justiciera, se clav
eando contra mis costillas. Esto era todo. La trampa. La acusación. El m
vez, est
blanco e impecable. Se lo tendí, mi mano fir
e, cortando su ira-. Luego tú y tu... asesora... pueden s
raba dramáticamente el tobillo. Su rostro era una máscara de confusión
mera hoja. Su nombre, Aurelia Reyes vs. Santiago Robledo, Solicitud de D
-dije, mi voz desprovist
leer una sola línea, garabateó su firma en el documento. -¡Ahí tienes! ¿Feliz ahora? ¿Quieres el
ente pensaba que este era otro de mis "gestos dramáticos", alg
an absoluta e irrevo

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