Vista d
si yo siquiera insinuaba irme, él encendía el encanto, las palabras dulces, las promesas de un futuro mejor. Me tomar
en el suelo, observaba con una sonrisa triunfante. Mientras Santiago la levantaba, acunándola dramáticamente en sus brazos, s
dejando el débil aroma de su perfume barato flotando en el aire. E
apretados en mi mano. La tinta de su firma, oscura y fres
d de transferencia a la corresponsalía internacional en Ginebra había sido apro
se estaba gestando
periodista, esperando ver discusiones sobre políticas u operaciones rec
NDOLO? ¡FOTOS IMPACTANTES
fue a los pies. N
entrando a escondidas, con aspecto culpable. Luego, otra foto. Santiago, sosteniendo a Brenda, momentos después de que él firmara los papeles. El pie de f
comentarios
na para ser verdad. Siempre tan correcta y
que ha sacrificado por su país, se
su propia casa como una ladrona. D
unas voces
no está casada con Sant
s por siete años! ¡
nueva y insidiosa ola. Un "comentario popular" había
ado secretamente enamorada de él durante años, aferrándose a sus faldas. ¿El empujón? Un ataque de celos, puro y simple. Escuché
logros de Santiago, alabándolo, defendiéndolo. Fotos de nosotros juntos, de hace años, antes de que todo se agria
o. No lo habría hecho. Tenía que saber cómo
Sonó. Y sonó. La cuarta vez se fue al buzón de v
s, Aurelia?
usurro, cruda con un nuevo tipo de dolor-.
scaste, Aurelia. -Su voz estaba desprovista de remordimi
ad? ¿Estás arruinando mi reputac
estaba siendo calumniada, llamada rompehogares. Tenía que pro
! ¡Y tú me pegaste! -El recuerdo del golpe
uladora! Y ahora estás tratando de torcer la hist
esa serpiente zalamera. -Mi voz se elevó, cortando mi propio dolor-. Eres verdaderamente d
lpate con Brenda! ¡Ponte de rodillas y ruega su
ue arrastraste por el lodo, la mujer cuya carrera acabas de destruir? ¿La mujer a la que humillaste públicamente? No. -Mi voz era
fondo, la de Brenda. -¡Santiago, cariño, v

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