Vista d
ención, como siempre, se centró en ella, la damisela en apuros. La línea telefónica crepitó con sus apresur
en el fondo, la de un hombre, preguntando: -Seño
habitación de Brenda. Aurelia solo está siendo dramática. Se le pasará. Siempre l
ría todo. Pensó que yo todavía era esa chica in
nuevo video. Brenda, en una cama de hospital, pálida pero angelical. Santiago la estaba arropan
es, la ex pareja del señor Robledo, la empu
an increíble, y creo que... creo que simplemente se dejó llevar un poco. -Se secó los ojos con un pañuelo-. Fue solo un malentendido. E
mente. -Es verdaderamente admirable la dedicaci
ño familiar. Se me hizo un nudo en la garganta. Era la pulsera que Santiago había diseñado para mí, una pieza personalizada, para nues
ijo el reportero con entusiasmo-.
allista. La diseñó él mismo. Dijo que le recordaba a mí. -Bajó
realidad. -¡ESA MENTIROSA, MANIPULADORA-! -Maldijo, una sarta de improperios coloridos-. ¡Está usa
e sordo. -¿Sara
a llamó! ¡Una pulsera de diseño personalizado, igual a la que Brenda está presumiendo! ¡Cree que puede
quietantemente tranquila-. No vale la p
listo para contraatacar! ¡Tenemos hechos, A
su victoria. Deja que piensen que han ganado. Y luego, cuando sea el
gura de es
estado m
mi teléfono sonó. Un n
rdad. Otras se aferran al pasado. La casa es mía, sie
o de la escritura. A
lias compraron para nosotros. La había puesto únicamente a su nombre, una "cuestión práctica", lo había llamado, cuando ér
umbido distante. -¿Aurelia? ¿Estás bien? ¡Está
as la cámara de seguridad Nest que instalé en la entrada?
. ¿po
ción fría y salvaje floreció en mi pecho-. Captó todo anoche.
luego soltó un silbido bajo. -¿Me e
Deja que se entierren más profundo. Deja que piensen que han ganado. Y luego, cu
gura de es
estado m
con un mensaje d
ias. ¿Estás bien? ¿Ha
antiago. No. Todavía no. No quería arrastrar a Eugenio a esto, no c
ugenio. Gracias por pr
n latía con fuerza, pero no

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