na
s palabras bailando ante mis ojos. "Alina Castell, estamos encantados de ofrecerte una plaza en nuestro prestigio
casa, mis nauseas eran constantes. Él ni siquiera me había preguntado por mis estudios.
de un matrimonio que nunca fue, de un padre al que le habían arrebatado la vida, de una comunidad que clamaba justici
os. No necesitaba esa farsa. Ya no sería una espe
, en mis diseños. Era mi escape, mi refugio. Román
¿Dónde estás? Te necesito", dijo, su voz con
o. "Estoy en la univers
ente. Está en el hospital. Te necesit
a preocupación en mi voz era genuina
sustada. Ven al hospital. Te m
l estómago. Subí al piso donde estaba Nilda. Román estaba
ué pasó?",
rpresa en ellos. "Alina, ¿qué haces aquí?
spital. ¿Cómo está?", respondí,
yó", dijo, su voz tensa. "El médico dic
ía estado tan concentrada en mi huida, en mi arte, que había ignora
Al salir, vi a Román hablando con Nilda, que ya
lda?", pregunté, mi v
dijo, una sonrisa en su rostro que nunca me había dado.
e victoria. "Sí, Alina. Un beb
ue me destrozaba. Corrí por los pasillos, las lágrimas empañando m
cuentra bien?", pr
iento, hasta mi coche. Conduje sin rumbo, las lágrimas cayen
test de embarazo. Dos líneas rojas. Positivo. Mi
á embarazada. Tiene ocho semanas"
n que Román había entrado en mi habitación, la noche en que Nilda hab
Román? ¿Un hijo de ese hombre que me había humillado
ina. Lo vi, en su coche, besando a Nilda. Ella acari
. "El médico dijo que está todo bien c
. Seremos una familia f
las lágrimas cayendo por mi rostro. No pod
i arte, mi futuro. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo podría criar a un h

GOOGLE PLAY