permanente. Marisma no tomó el auto privado. No quería que el conductor, un hombre en la nómina de Brote, r
astillero
ol enormes. Para el mundo, era solo otra mujer tratando de mantenerse seca. Para los escáneres de
hacia el sensor, y el chip oculto en su reloj -no el bio-rastreador que Brote conocía, s
ales en una vida pasada, levantó la vista. No dijo una palabra, solo dio un asentimiento bru
de los servidores y el olor a ozono calman
lvia estaba encorvada sobre un microscopio, su cabello r
ia sin levantar la
a de salida -dijo Marisma, cer
ojos se abrieron de par en par.
ra pequeña, plateada y contenía suficientes datos para enviar a Brote a un
go seis días para transferir los activos y b
u terminal aislada de la red. Líneas de código se de
que ni siquiera ha asegurado todavía? Esto es... est
tina en la pared lejana. Este era el
n láser rojo
eto. Sujeto N
meros en el teclado de abajo: su ide
. Identidad Confir
o parpadeó silenciosame
leyenda en el campo y aterradoramente perceptivo. No estaba lista para c
sma-. No liberes los datos
trio principal. El atrio era una estructura de vidrio masiva, abierta a
amino hacia la sali
, bajo la enorme pantalla digital
a en el centro. Estaba aquí, en su santuario,
estab
un laboratorio, algo ajustado y rojo. Tenía la mano en el
Granate echó la cabeza hacia atrás y se rió,
eó contra sus costillas. Si él la veía aquí, el juego terminaba. Sa
en su bolsillo. El
n se alarga. Aburrida com
lo con una mano mientras la otra descansaba poses
Se sentía como una científica observando a una rata en un labe
to al pilar, casi chocando con ella. Abrió la boca
sol solo una pulgada. Sus ojos eran pederna
alejó apresuradamente. No sabía quién era el
ron en el ascensor. L
la lluvia, el agua empapando su abrigo, lavando las últimas dudas pers
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