img El imperio que él le vendió a ella  /  Capítulo 4 | 40.00%
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Historia

Capítulo 4

Palabras:806    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:21

ose por el shock del despido final y brutal de Carlos, luchaba por procesar al recién llegado. Por un momento, mis pensamientos fueron un lío enredado, un carrete roto que reproducía fr

por las lágrimas, sino por la gélida

z grave y resonante me

azar. Era mayor que Carlos, quizás rondando los cincuenta, con una belleza ruda que hablaba de una vida vivida bajo sus propios términos. Su cabello oscuro estaba veteado de plata en las sienes, y su mandíbula e

da deteniéndose en mi rostro surcado de lágrimas. Sus labios,

de juicio o piedad, simplemente una observación-. Carlos olvi

iel. La repentina vulnerabilidad era exasperante. Me levanté del lujoso sofá, sintiendo las piernas ext

na mirada de satisfacción engreída en sus ojos pequeños y brillantes. Este era el hombre que siempre había facilitado los tratos más sucios de Carlos, el que conseguía «entretenimiento» para sus socios comerciales. El hombre que una vez intentó

tuvo un gusto impecable, aunque no apreciara las cosas buenas cuando las tenía -rió, un sonido húmedo y chirriante-. Aunque, debo decir, señorita Fuentes, me sorprende que sea usted la que está aquí esta noche. Pensé que Carl

lentamente una columna de humo del puro que sostenía entre sus dedos. Sus ojos, oscuros

persiguiendo a un hombre que te ve como nada más que un accesorio, un símbolo de estatus que puede cambiar por un modelo mejor? -hizo una pausa, sus oj

quietante percepción. Vio a través de mi vestido carmesí, a través de mi compostura forzada, hasta el núcleo doliente y desesperado de mi ser. No pude hablar, solo pude asentir, un movimiento diminuto e involuntario que confirmó su condenatoria perspicacia. La pura auda

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