rta. Sus ojos se desviaron hacia mi firma, luego de
erio. ¡Esto necesita la firma del señor Garza, no la s
cado contraste con la tormenta que se desataba dentro de mí-. Entonces lláma
calofriante finalidad en mis ojos. Sacó su teléfono, sus dedos torpes mientras
o incluso de decencia humana básica. Que declarara que todo este sórdido arreglo era un malentendido, una broma que había salido mal. Cinco años de matrimonio,
Tenía qu
Luego, la voz de Carlos, áspera e irritada, retumbó d
ue no me molestaras a menos que
apenas un chillido-. El señor Salazar está a punto de llegar,
Luego, Carlos soltó una
ajos está jugando? ¿Está conti
. Negué con la cabeza ligeramente, un
ra cumplir con el arreglo, señor. P
comerá viva -hizo una pausa, y escuché una risita ahogada en el fondo, el suave suspiro de una mujer. Brenda-. Bien. Como sea. Solo haz que se haga. Estoy ocupado. Má
ponía el vestido carmesí, imaginando nuestra pasión reavivada. Mien
murió. No fue una muerte, sino una ejecuci
ron lágrimas. Todavía no. No por
ido en mis oídos-. Mándale los papeles del
altado, juguete
a, el señor Garza es
cia se había agotado, reemplaz
erto. Un momento después, la voz de Carlos retumbó de nuevo,
dome, te juro por Dios que te cortaré la cabeza. Sol
y agudo desde el fondo, in
mi amor! ¡Qu
rlos, ronca y
sea por
trónica exitosa. Mi divorcio estaba finalizado.
clic, un sonido áspero y final. Como una
la tablet todavía en mi mano. Cinco años. Cinco años de mi vida, mi amor, mi lealtad. Reducidos a unas pocas líneas de jerga legal y
otra. Vinieron sin ser llamadas, una traición de mi propio cuerpo. Mi rostro se sentía congelado, rígido, pero las lágrimas seguían fluyendo

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