img 1. ¿Qué quieren los aliens?  /  Capítulo 2 1 | 5.56%
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Historia

Capítulo 2 1

Palabras:3677    |    Actualizado en: 15/07/2021

para entender algunas palabras (y si pueden deje

loca jajaja. Generalmente, todos sacamos o la S o juntamos palabras cuando andamos enojados, o nos saltamo

a sus cachetes cuando la música dramática aparece. Las voces de los protagonistas y la música que acompaña las escenas

¿estás

iste lo que

co tenía que abrir los ojos y darse

rar la película—.

ia lo que quisiera estar haciendo ahora. Uno de esos deseos tiene que ver co

oda la casa por lo llenas que están, y espía lo que estamos viendo. Menos mal que no hay escenas de la pareja dando señales de

os negros que caen sobre sus hombros—. Acordate que tenés que ir a

pagaro

bien. —La mamá de Ángel da una última mirad

ca cerrándose y la llave jugando en la cerradura, me levanto y entrecierro la puerta de la pieza para poder

ahora s

o se lo diga, ellos seguirán prohibiéndome tener novio hasta que po

mi novio, aprovecho que estoy a solas co

ncia. —Pongo mis manos en sus cachetes siempre rojos por culpa del sol en esta época

ce un año que estamos así, ¿

hunden hasta casi tragarme entero. Á

í cuando estamos

er sus anteojos cuando los tiene puestos, sus cachetes tibios por la corta distancia entre

al abrirse. Doy una vuelta despatarrada hacia el lado derecho y caigo c

ngel frunce el ceño mientr

ó hacia atrás —explica mi novio,

er con la izquierda o la derecha del país, y también por espantar a cualquier chico que se le acerc

ne jodiendo! ¡Que si ya está! ¡Que si los materiales! ¡Que esto y lo otro! —Lueg

s debajo de las cejas gruesas y ceño fruncido

e vivís y tu mamá nos dio permi

la pieza entre sonido

novio baja de la cama, busca sus zapatillas y cierra

. el señor Gauna parece estar s

a de pasto de algún vecino. Seguro estaba cansado de vivir en la selva del Amazonas o se puso las pilas porqu

e tiene que llevar. Ángel intenta alzar esa cosa, pero le salen más puteadas que fuerza.

los pastos degollados, él mismo volvió a dejar chatarra acumulada por los rincones y las flores d

il veces prefiero que empuj

de vacaciones, nuestro

la carr

oy, y

teniendo la parrilla para que no se caiga ahora que logró alejarla del tronco del árbol seco. Entre los dos levantamos el encargo que nos hace tensar ha

plantas y enredaderas de la señora Gauna, hasta el patio de adelante. Al menos

la misma posición desde que pasé por acá para venir a la casa de mi novio. Algunos chicos juegan con bombuchas y

ibra cuando la rueda de la carretilla rebota por las piedras

empujando, un metro hacia arriba, y evitar que se nos venga encima en el intento. Ángel empuja conmigo, pero sentimos que la gravedad nos hace ver s

on los ojos por h

ía, aunque, si llega a aparecer el tren o una zorra, tiraré t

lores remolacha y morado fluorescente caer co

co minutos de pánico pensando que el tren aparecerá de repente y unas cuantas respiracion

r. Chapas encimadas de distintos tamaños y formas, ladrillos y bloques apilados que a duras penas forman una pared; pero, eso sí, es común que esas casas que pare

n el suelo, tomando cerveza o charlando de cualquier cosa para matar el tiempo. Alrededor también se escucha cumbi

e la vía y los espacios anchos, ideales para que pase un palo

de vez en cuando hacen un ruido raro y peligroso. Mi cuerpo parece no entender quedarse quieto y no temblar. A cada ra

de unos changos me pone duros los pelos de nuevo; sobre todo cu

ernos. El peso y el esfuerzo por llevar la carretilla ahora

tilla hasta el alero de una casa donde ante

a como te c

ngel mira al grupo de changos que corre

haber sido un capítulo de “Policías en acción”. Estoy seguro de que la gorra iba a t

ombo en la casa del frente. Él, a diferencia de mi novio y yo, consiguió que alguien lo metiera tras las rejas de

a un carrito de mercado lleno hasta casi no cerrarse. El viejito sale detrás, p

dentro de la Costanera, por d

enés que entregar la parrilla

s vive por donde van

a una casa de chapa y ladrillo y toca la puerta. Mientras él hace el negocio, me apoyo en un árbol y miro de un la

, solo que su mirada seria y exp

o pelito que tiene en la cabeza, sale de la ca

é mi

cabeza hacia mi no

la parrilla solo con una mano para comprobar que fuera hierro, hasta intentar doblar alguna varilla para ver si resis

que está desesperado por llegar a la casa antes de que su mamá

n costado de la vía, Ángel me

mbiado la posición en sus reposeras o tan solo han levantado la mirada

hasqueo la lengua, entrando a la casa cuando Ángel abre la reja. De

tenés que desped

vio aparece en frente de nosotro

illetes del bolsi

te dormís temprano. —La señora G

de mí, la mamá de Án

n un lado de mi cara—. No te pongás apasionado con la despe

s mañana

n a sus casas, otros salen con sus perros de raza mezclada

le pida la receta de la sopa que hace, pero ella dice que es la misma que comemos nosotros. Una sopa en sobre con veinte fideos loco

Pili el cerdito está e

mbos brazos—. Vengo d

lo que puede e intenta pararse encima, pero lo voy

los platos hondos y mis hermanitos están echados so

la puerta del patio para abrirla. Mi perro parece bala cuando sale, y casi hace c

M

ué sotan desatento?! ¡Te dije! ¡Colgá

ma, e

me la ropa

giro sobre mis talone

co lo que queda sin importarme qué esté tironeando para que se desenrede—. Es

o encuentro mandando mensajes con su celular y a mis h

to a tiempo los lápices—. ¡Fr

o. ¿Acaso trabajás? no, entonces dejá de chillar

ndo como loco y su he

lorando?! —grita la mami desde el patio—. ¡León! ¡la r

erro de una patada la

ce y busca más trabas de la bolsa que está colgada en un costado de

de sentar de nuevo a los gemelos

na, ella murmurando sus quejas

. —Le paso una de mis remeras —. Sa

l aire con la remera antes de colgarla en la soga—. Te dije que tenías que

s como si chicotear al aire le sirviera para calmar su ira en

e que ponete en penitencia todo los día

cursos sobre cómo debería ser, qué debería hacer, que así no llega

a de castigar la ropa—. Esforzáte. Te llevaste c

las

n el tacho que antes era para lleva

jor—. No te pido puros dieses, pero ya estás en t

í,

, negando co

vida. Nos sentamos en la mesa en orden de autoridad: mi herman

nde sacar para pagar las cuentas de este mes. Todo es aburrido hasta que me ahogo

ajar hasta las ocho?! Mañana empieza la escuela, no voy a tener tiempo de

gaseosa —. ¿Le vas a decir eso a mi patrón? ¡Andá! Q

ermano, pero más miedo me da la pa

boca a Matías mientras él intenta sacársela de encima—. Por algo te pedí que te esforzaras. Si

do sobre sus asuntos de adultos traba

tiene problemas, no tiene esfuerzos que pesan en su corazón y conciencia, solo ir a la escuela donde nunca na

lo hecho de no ser adulto, porque no tengo que mantener un

ano va a cuidar a los gemelos en la mañana, pero en la tarde yo

*

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